2004-2014: 10 años del Frente de Estudiantes en Lucha - FEL
LA UNIDAD
DE LOS LUCHADORES ES NUESTRO MÉTODO POLÍTICO
Ponencia presentada a la “V Jornada de Estudio y Reflexión
sobre el Movimiento Estudiantil Argentino y Latinoamericano” e introducción al
libro del FEL que editamos con motivo del décimo aniversario de nuestra
fundación “ASÍ SE HIZO: 10 años de Rebelión Popular, Estudiantazos y
Democratización”
"La clase obrera no es débil porque esté dividida, sino
que está dividida porque es débil"
Anton Pannekoek - Partido y Clase - 1936[1]
1. NUESTRO OBJETIVO Y NUESTRA PROPUESTA. Antes que
nada, saludamos la realización de estas jornadas en su V edición. Vale aclarar
que este saludo no se debe a que sea la primera vez que formamos parte del
evento porque, como FEL, hemos participado del mismo desde su fundación en 2006
por medio de distintos compañeros[2].
Lo singular de esta ocasión es que la jornada, en el marco de los 10 años de la
fundación del FEL, es una oportunidad excepcional para poner en discusión una
parte importante de la experiencia política del movimiento estudiantil
argentino: la propia historia del FEL.
Esta
afirmación puede sonar reduccionista porque plantea el riesgo metodológico de
estrechar el caudal histórico de un movimiento de lucha más amplio al espectro
político y el radio de acción de una sola organización estudiantil. Nuestro
objetivo, sin embargo, apunta en la dirección opuesta: queremos poner a
consideración nuestra propia experiencia como parte de una tarea frentista de
todas las organizaciones que construimos en común el movimiento estudiantil
argentino.
Desde el
FEL, entendemos que es obligación de todos los que nos llamamos mutuamente
‘compañeros’ extraer todas las conclusiones del apelativo y reconocer que hay
lazos de solidaridad política que nos llevan a poner en pie esta instancia
política unitaria y plantean, en esta misma medida, un esfuerzo conjunto por
visibilizar la trayectoria política de nuestra organización. El FEL se fundó
delimitado de la cooptación estatal kirchnerista, para expulsar a la Franja
Morada del Carlos Pellegrini y la Universidad de Buenos Aires y, desde su
propia génesis, nació con la impronta y en solidaridad efectiva con el
movimiento piquetero y la izquierda revolucionaria[3].
Entonces,
si acordamos que somos todos compañeros, que en mayor o menor medida tiramos
para el mismo lado, ¿cómo puede ser que esa solidaridad en la lucha no se
traslade también en el terreno de la propaganda? Evidentemente, porque el
terreno ideológico está copado por la clase capitalista y esa colonización
cristaliza en un sectarismo que nos impide ver que tenemos más en común de lo
que nos separa. Una de dos: o somos
“compañeros” sólo para la tribuna y en realidad apostamos a una guerra
fratricida por borrar de la historia a las otras organizaciones o asumimos que,
como somos compañeros, la historia de cada una de nuestras organizaciones es un
parte integrante de nuestra propia historia como luchadores y como movimiento
estudiantil.
Que se
entienda bien. Como luchadores políticos, rechazamos la vacuidad de la unidad y
el rejunte de aparatos y reivindicamos abiertamente la lucha por romper y barrer
con todas las organizaciones que se coloquen de la vereda OPUESTA a los
movimientos de lucha. Por eso, como no es lo mismo tener debates a estar del
otro lado de la trinchera, como FEL no tenemos la misma política hacia otras
agrupaciones de izquierda o anti-burocráticas que hacia la Franja Morada o La
Cámpora. Desde el FEL, no pensamos que sea lo mismo un ala vacilante, o incluso
un ala derecha del movimiento, a ser un enemigo directo de los luchadores y un
representante del Estado y el Capital.
De esta
forma el sentido de esta reflexión política es recuperar, como concepto teórico
fundante del marxismo, la noción de “partido histórico” y superar la concepción
pequeño-burguesa, sectaria y profundamente anti-marxista de “partido-secta”. Es
necesario superar las mezquindades políticas y reconocer que las organizaciones
políticas somos efímeras. Por eso hay que ubicar los debates en contexto y a
escala histórica. Compañeras y compañeros: lo que realmente pesa, a la hora de
los grandes movimientos de masas, son los bandos históricos en disputa.
Es
completamente natural que las conclusiones políticas de los propios luchadores
(los compañeros que estamos de este lado) sean necesariamente distintas porque
ese es el fundamento por el cual somos organizaciones distintas con políticas
distintas - como se ve, concretamente, día a día en los múltiples movimientos
en los que intervenimos. Sin embargo, eso no quita que nos podamos sentir parte
de lo mismo. Digamos, coloquialmente, que para diferenciar bien los matices
tenemos que aprender a “cortar grueso” y saber distinguir “el blanco del
negro”. Acá, en el 10º aniversario del FEL, a lo que estamos invitando es a
repensar y asimilar el ABC del método marxista.
Por eso,
si logramos reconocernos como luchadores que estamos de un mismo lado, podemos
afirmar con total rigor teórico que todas las organizaciones convocantes de
estas jornadas somos parte de un mismo “partido estudiantil”. Somos los
partidarios de la lucha de clases en la educación. Somos los partidarios de la
unidad obrera-estudiantil. Somos los partidarios de acabar con la CoNEAU, la
LES, la NESC y todas las leyes anti-eduKativas. Somos los partidarios de acabar
con la asfixia presupuestaria. En definitiva, somos los partidarios de expulsar
a las camarillas y que los establecimientos educativos sean gobernados por los
estudiantes y trabajadores. Y si, en mayor o menor medida, no compartimos
exactamente los mismos objetivos, lo que sí podemos afirmar sin lugar a dudas
es que compartimos los mismos enemigos. ¿O no somos, todos los luchadores,
enemigos de los gobiernos que destruyen la educación pública, del imperialismo,
del Banco Mundial, de la burocracia sindical, de las camarillas, de los
rectores, de los decanos y de los directivos?
Para un
verdadero estratega, saber reconocer que tenemos tantos enemigos en común (y no
transar con ellos) ya es un fuerte dato político que nos define y nos agrupa,
al menos, por la negativa. Sin ánimos de abusar de la semiología, tal vez no
sabemos lo que somos pero sí sabemos lo que NO somos. Nosotros, hijos del
Argentinazo y el movimiento piquetero, aprendimos a distinguir muy bien entre
un piquetero y un ‘pique-trucho’: entre alguien que aguanta en los piquetes con
los compañeros y alguien que se calza el traje para transformarse en un
funcionario del Estado capitalista. Entonces preguntamos: ¿no alcanza con
compartir objetivos y enemigos para sentirse parte del mismo “partido” en un
sentido histórico amplio? Esto es lo que usualmente denominamos el común
denominador que estructura al “movimiento estudiantil”.
Estas
observaciones teóricas no son un simple juego de palabras intercambiables entre
“partido histórico” y “movimiento estudiantil” porque no está para nada claro
en la cultura política de la izquierda revolucionaria que la obligación
política y moral de un militante es en primer lugar con el movimiento de lucha
y en segundo lugar con su propio partido. Entonces, si todos somos parte de un
mismo “partido-movimiento”, y asumimos nuestra responsabilidad política por el
mismo, tenemos que poner en el debate político nacional la trayectoria de todas
las organizaciones de lucha. Tenemos que dar esta lucha en común porque todos
formamos parte de una misma historia de lucha por objetivos comunes y contra
enemigos comunes.
Esto es lo
que han entendido perfectamente los organizadores del evento al convocarnos al
debate para “comenzar a saldar la diferencia negativa existente entre la
inmensa actividad desplegada por el movimiento estudiantil y la escasa atención
que le habían concedido las ciencias sociales”. Tal vez esa visión panorámica
se la dio el hecho de que nos consideren a todos como un objeto de estudio
académico por igual pero si es cierto que “desde el llano se ve mejor el
monte”, también es cierto que ser protagonistas no nos exime a nosotros mismos
de la responsabilidad política de ser un factor conciente de nuestra propia
actuación a escala histórica.
Para
nosotros, estas jornadas son ante todo una deliberación política del movimiento
estudiantil que lucha. No podemos borrar la historia de las organizaciones por
partidismos estrechos. Tenemos una historia de lucha en común que defender y
por eso, desde el FEL, hacemos la propuesta a todas las organizaciones
convocantes de impulsar en común en todas las federaciones y todos los centros
de estudiantes del país mesas-debate que pongan en discusión los 10 años del
FEL y la historia de todas las organizaciones de lucha que construimos juntos
la trayectoria del movimiento estudiantil argentino en la última década.
2. UNA DÉCADA, VARIAS GENERACIONES DE LUCHADORES: “DEL FEL
FUIMOS TODOS”. En conclusión, para cerrar una primera idea, desde el FEL
sostenemos que el único genuino partidismo que importa a escala histórica es el
partidismo del movimiento de lucha de los explotados. Por eso, la construcción
de una verdadera y real historia de cada organización se vertebra en relación a
la lucha que libró con y contra las otras organizaciones políticas. De esta
forma, la omisión de esa relación contradictoria-complementaria es una
mutilación de tu propia historia y te lleva a pasar de la ciencia a la leyenda
auto-referencial o al simple liquidacionismo por restarle importancia a tus
verdaderos orígenes políticos.
Sin ir más
lejos, en esta misma jornada expone Julián Asiner - actual presidente de la
Federación Universitaria de Buenos Aires por la UJS y el Partido Obrero - quien
hizo sus primeras armas como presidente del CECaP - Centro de Estudiantes del
Carlos Pellegrini - en la histórica lucha por la democratización de 2007.
Durante toda esa lucha, su actuación política fue como militante del Partido
Obrero y también (podría decirse en primer lugar) como militante del Frente de
Estudiantes en Lucha.
Decimos
que Julián fue en primer lugar del FEL y en segundo lugar del PO porque la
lucha por la democratización en el Pellegrini nos enseñó que cuando las masas
se ponen en ascenso no hay ningún Comité Central, por más preparado que esté,
que pueda efectivamente llevar las riendas de su lucha. La dirección a lo sumo
podrá intentar definir las grandes líneas de la estrategia pero en lo que hace
a la táctica, a la confrontación cotidiana, sólo el propio partido en su
totalidad como expresión organizada de la vanguardia real del movimiento de
lucha puede intervenir concretamente. Por eso, a partir de los golpes y
chispazos de esa enorme confrontación histórica, se templó una agrupación de
combate de masas como el FEL y cuadros políticos que a muy temprana edad
tuvieron que adquirir la capacidad para liderar un movimiento histórico de
masas. De esa enorme experiencia política de miles de luchadores como parte del
Frente de Estudiantes en Lucha surge el actual presidente de la FUBA piquetera:
Julíán Asiner.
De igual
forma, hubo varias generaciones de militantes secundarios y pre-universitarios
que se formaron con y contra el FEL. Esto vale tanto para miles de compañeros
anónimos que pasaron por una escuela de lucha revolucionaria en su colegio
secundario y luego se transformaron en luchadores que aplican hasta el día de
hoy todo lo que aprendieron y organizan en sus barrios y en sus lugares de
trabajo o estudio.
Lo mismo vale para los compañeros que no sólo
militan sino que apostaron a la formación de nuevas corrientes del movimiento
estudiantil. Tanto la Lista 39 (actual conducción del CECaP) como Revire
(agrupación universitaria de la UBA), o La Revancha (una de las principales
agrupaciones del movimiento secundario de Capital Federal) tienen sus orígenes
en ex militantes del FEL, o en agrupaciones que se formaron en debate directo
contra la nuestra, como Lobo Suelto (estudiantes secundarios de La Mella-Patria
Grande). De hecho, en su camada actual de dirigentes hay quienes votaron o
simpatizaron con el FEL en sus primeros años del secundario. Y repetimos, esto
vale en primer lugar para Julián Asiner: el actual presidente de la FUBA piquetera
es un ex militante y fundador del Frente de Estudiantes en Lucha. Son dos
historias de lucha que hacen carne en su persona. Negar esto (o restarle
importancia) no sólo nubla sus orígenes políticos sino que mutila la formación
de los nuevos cuadros políticos privándolos de la propia experiencia histórica
acumulada por el movimiento estudiantil. Difícilmente podrá Julián explicar “la
lucha de la FUBA y los desafíos históricos del movimiento estudiantil”[4] si
reniega o desvaloriza su propia historia como militante.
Por eso,
porque nosotros sí estamos orgullosos de nuestra historia y queremos
reivindicarla como patrimonio común de todos los luchadores en oposición a la
cooptación estatal, es que en nuestro 10º aniversario invitamos a todo el
mundo, incluyendo aliados, adversarios y enemigos, a poner en debate las
conclusiones del FEL; las conclusiones de 10 años de lucha política
revolucionaria en el movimiento estudiantil argentino.
3. LA UNIDAD DE LOS LUCHADORES: MÉTODO SÍ, TÁCTICA NO. Hechos
estos señalamientos, resta aclarar cuál es el concepto teórico detrás del
título que escogimos para la ponencia. A lo largo de nuestra experiencia
militante hemos podido constatar que en todas las organizaciones políticas hay
una profunda subestimación de la importancia metodológica de la unidad de los
luchadores y una suerte de culto a la pluralidad de aparatos. Es decir, cada
uno tiene derecho a organizar su “rancho aparte” y nadie tiene derecho a
reclamarle a nadie la unidad porque eso sería “atacar en lugar de construir tu
propia propuesta”.
La defensa
a la división mutua entre los distintos aparatos cala tan hondo que muy rara
vez un partido se pronuncia sobre expulsiones o rupturas de otros partidos.
Supuestamente, eso serían “cuestiones internas” y, si se trata de conflictos
entre organizaciones, “se tienen que arreglar entre ellos”. De esta forma,
ningún partido dijo nada sobre la ruptura del GMR y del grupo Combate del PTS
en sus últimos congresos. A su vez, nadie dijo nada de la ruptura y las
agresiones entre el FEL - Libertario (actual La Voluntad-La Simón Bolívar) y
Bandera Negra como tampoco nadie dijo nada de que el FEL - Libertario hubiese
llegado al absurdo de amenazarnos de muerte a los militantes del FEL-TPR porque
ellos querían “usar el mismo nombre que el FEL de Chile”. Este pretendido
“hegemonismo mundial o andino” nos hacía recordar de forma caricaturesca al
stalinismo. Por algo ahora los supuestos anarcos abandonaron el nombre FEL para
dejar atrás sus orígenes anarquistas y mimetizarse con formaciones peronistas.
De todo esto, la izquierda argentina no dijo nada.
Tampoco
dijeron nada cuando el PO decidió pegar un viraje anti-piquetero y centrista en
nombre del “anti-capitalismo” en 2009 y, como producto de ello, terminó
expulsando, primero, a quienes luego formaríamos la TPR, y luego a los 700
piqueteros del MCC y el Movimiento 20 de Diciembre de Chaco que hoy forman
parte de la Coordinadora en defensa del Frente de Izquierda y a la Asamblea de
Charrúa del Polo Obrero de la Capital. Como se ve, el precepto que marca la
pauta es “nadie se meta con nadie y cada uno por su lado”. Por eso incomoda
tanto que nosotros reivindiquemos públicamente nuestra política de tendencia
del Partido Obrero: con nuestra crítica revolucionaria y nuestra militancia
sistemática estamos violentando un pacto no escrito entre los principales aparatos
de la izquierda argentina.
De ahí el
operativo ideológico por parte de los sectarios para decir que “estamos
obsesionados con el PO” en lugar de “permitir que cada uno haga lo que quiera
con su partido”. Y, justamente por eso, los principales partidos de la
izquierda argentina se quedaron callados ante la patoteada del PO contra
nuestros militantes que fueron a piquetear sobre su último picnic de fin de año
en 2013. En este caso, el silencio es prueba palpable de complicidad.
Prácticamente les faltó decir “el PO se defendió. La TPR se lo buscó”. Que
quede claro: la mayoría de la izquierda argentina reivindica responder volantes
con trompadas. Tampoco dijeron nada a fines de 2009 cuando el PO trató
de romper la elección del CECaP para impedir nuestra reelección cayendo al
escrutinio con 200 militantes de la UBA en patota contra la columna del FEL que
no pasaba de los 50 y la inmensa mayoría eran compañeros menores de 15 años.
Esa actitud patoteril fue comandada por el propio Julián Asiner, actual presidente
de la FUBA, y contó con el repudio masivo de tres asambleas estudiantiles que
votaron en contra de los hechos de violencia y respaldaron al FEL contra los
directivos exigiendo que no haya ninguna sanción. Tal rechazo generó entre los
trabajadores del colegio que un compañero no-docente nos dijo “Siempre me
imaginé que esto iba a pasar con la Franja Morada, nunca con el PO”. Este hecho
de violencia inusitado contra los luchadores, amenazas de muerte incluidas
contra nosotros por parte de la dirección nacional del PO (Gabriel Solano, Juan
Pablo Rodríguez y Freddy Gima), igualmente siguió en pie y, como FEL,
respondimos a las cobardes amenazas por medio de una denuncia política pública
cuyo título fue “Unidad de los que luchan”[5].
Rechazamos, desde un primer momento, responder a la agresión con una escalada
de agresiones o con una denuncia penal porque entendimos que los problemas hay
que resolver entre los luchadores reunificándonos en la lucha contra el Estado
capitalista. La utilización de estos métodos patoteros por parte del PO contra
luchadores es la consecuencia práctica de anular la perspectiva de un
movimiento histórico de clase y operar en el vacío conceptual de varios
aparatos donde cada uno regimenta “su” parcela del movimiento obrero (o estudiantil)
y defiende el derecho de cada uno a reaccionar de manera desproporcionada y
paranoica ante la menor crítica (venga de afuera o de adentro).
Este
“pacto de convivencia pacífica entre aparatos” tiene, a su vez, expresión
ideológica por medio del sectarismo y el oportunismo. Por un lado en la mayoría
de los casos se sostiene lo que podríamos denominar un “sectarismo pluralista”
donde cada uno “respeta al otro” porque “a cada religión, corresponde un templo
distinto” o, en otros casos, prima el “sectarismo fundamentalista” donde cada
partido arma “su” revolución a medida y en oposición directa al resto de los
luchadores. Y, por el otro lado, aparece el oportunismo que es la forma
exterior de estos sectarismos: los frentes electorales o la unidad de acción
como acuerdos circunstanciales “según convenga en cada caso y en cada momento”.
Siempre la idea transversal es que cada organización debe actuar en referencia
a sus propias “propuestas” y no en relación a la disputa real con los aparatos
reaccionarios y las tareas políticas que tiene planteadas el movimiento de
lucha para avanzar. Como se ve, el ombliguismo pequeño-burgués coloca su
antojadiza concepción del mundo como una “excusa científica” para dividir a los
luchadores en lugar de cumplir con la primer tarea de todos los luchadores:
barrer con los reaccionarios y expulsar del poder a los representantes directos
de la reacción política.
Esta
suerte de sentido común sectario y oportunista prima indiscutiblemente sobre la
militancia o incluso el activismo (quienes militan sin partido) y, sin embargo,
es exactamente lo contrario de lo que piensa la mayoría de los luchadores que
usualmente pregunta “¿por qué no se unen?” para, a renglón seguido, usar la
“división de la izquierda” como una excusa perfecta para no militar y
mantenerse atomizados bajo la presión política del Estado y los partidos
patronales. Por el contrario, cuando se conforma un frente parado sólidamente
sobre la situación política inmediata y colocando el eje en la batalla frontal
contra la reacción, rápidamente se logra capturar la atención, la imaginación y
el apoyo de los luchadores. Esta es la experiencia práctica que dio lugar al
FEL y es, en gran medida, lo que explica el ascenso del Frente de Izquierda a
escala nacional. De hecho, ya en 2005 incluso antes de ser militantes del PO,
el FEL se había pronunciado como agrupación independiente por la conformación
de un Frente de Izquierda a nivel nacional[6].
Por eso,
en oposición a tanta desorientación política y “sectarismo pluralista” (o sea, “que
cada uno haga lo que quiera”) como FEL siempre apostamos a la unidad de los
luchadores como un MÉTODO POLÍTICO y no una mera expresión de buenas
intenciones de vez en cuando. Esto es importante porque implica una lucha
sistemática y metódica por superar obstáculos y lograr objetivos. Por el
contrario, cuando en la militancia cotidiana se dice que “los frentes son
tácticos” pretende usarse el término como sinónimo de algo “secundario o
circunstancial”. Es una tergiversación deliberada para actuar en política por
fuera de una estrategia y doctrina política clara.
Aclaremos
a qué nos queremos referir nosotros con cada término. Cuando los militantes del
FEL hablamos de “estrategia” nos referimos a la diagramación de un plan. Por
“objetivos” a las metas que queremos cumplir. Con “táctica” hablamos de los
pasos concretos que vamos a dar para llevar adelante nuestro plan-estrategia. Y
con “técnica” nos referimos a saber hacerlo. Todas estas consideraciones operan
en el terreno de la correlación de fuerzas y las características del teatro de
operaciones. No es lo mismo un enfrentamiento por tierra que si se agrega mar y
aire. No es lo mismo un colegio que un barrio o una fábrica. Por eso también se
introduce en la lucha política los conceptos de maniobras (desplazamiento del
lugar de enfrentamiento), estratagemas (ardides y engaños) y virajes (modificar
el ángulo de ataque). Todas son distintas formas de buscar posicionarse mejor
en la correlación de fuerzas “según las circunstancias y el momento”.
Sin
embargo la unidad de los luchadores, por el contrario, se trata de UN MÉTODO es
decir, el camino que marca la unidad y la coherencia interna entre nuestra
política y nuestra doctrina. O sea, la lucha que damos hoy por nuestros
intereses de clase (política) y nuestra perspectiva histórica (doctrina). Una
doctrina no es una estrategia. Una perspectiva histórica no es un plan. Por
eso, un plan tal vez no sea lo necesario pero al menos sí es un camino para
avanzar. Visto de esta forma, la unidad de los luchadores es una tarea
excluyente dado que la única diferencia real que existe entre la estrategia y
la doctrina es la potencia política concreta del partido revolucionario.
Justamente, para reforzar esa potencia política concreta, es que se establece
la búsqueda permanente de aliados. El no buscar esos aliados, o rechazar
establecer esas alianzas por consideraciones sectarias, no traduce más que la
adaptación directa a los enemigos. Significa que no estás militando en función
de un plan concreto para derrotarlos y concretar tu perspectiva histórica
(doctrina). Nosotros no militamos “por militar”. En el FEL militamos para
vencer e imponer una transformación histórica revolucionaria en defensa de los
intereses de todos los explotados.
Como
trotskistas, tenemos en claro que el amontonamiento de estrategias conlleva
necesariamente un riesgo frentepopulista. Es decir, que la heterogeneidad
estratégica traduce la presión ideológica de los enemigos sobre los luchadores.
Pero a su vez sabemos que cualquier frente, por más clasista o
anti-imperialista que se reclame o efectivamente sea, adolece de este defecto
porque justamente agrupa fuerzas diversas en función de objetivos inmediatos.
Por lo tanto, lo que distingue a la unidad de los luchadores del
frentepopulismo no es tanto su claridad estratégica o incluso su base
sociológica en abstracto sino su función política: uno impulsa al movimiento de
lucha mientras el otro lo paraliza. Por eso advertimos que las categorías
políticas tienen que ser vistas en contexto y en movimiento.
De esta
forma, desechamos las ficciones ideológicas que distraen de la verdadera
disputa política y planteamos la construcción de nuestra agrupación como una
espada al servicio del movimiento de lucha contra la reacción política y no
como un agente externo que, sin contacto con el movimiento real, pretende
imponer la “necesidad histórica” o cualquier propuesta que le parezca oportuna.
Esta es la manera correcta de plantear la lucha política: no se trata de un
debate entre agrupaciones por ver quién tiene “la mejor propuesta” o “la razón”
sino de una confrontación de intereses donde debemos construir un polo
estratégico (acorde a un plan) para barrer con la reacción y abrir paso a los
luchadores. Es en ese terreno frentista donde los explotados pueden apreciar de
manera práctica las disputas estratégicas y doctrinarias entre las
organizaciones porque ya no es un mero debate teórico sino que tienen
efectivamente la capacidad política concreta para aplicar una salida u otra.
Por medio de la prueba y error, las masas se apropian de la teoría
revolucionaria y la transforman en gesta heroica. Esa es la verdadera
naturaleza orgánica de la división en partidos (planes-estrategias) y la
necesidad de la unidad frentista para poner en pie el movimiento histórico de
los explotados. No se trata del fetiche de la unidad de aparatos o de la
impostura del pluralismo sino de ir generando las condiciones para que, en cada
momento, los explotados puedan ir madurando su experiencia política. Esto,
tanto por medio de divisiones programáticas como por medio de una convergencia
estratégica en términos superadores. De hecho, muchas veces la unidad de los
luchadores se conquistó contra la unidad de la izquierda (bolcheviques contra
mencheviques y eseristas en la revolución rusa), contra la unidad del
movimiento obrero (las coordinadoras interfabriles y el Bloque Piquetero
Nacional contra la burocracia sindical en Argentina) o contra la unidad del
movimiento obrero y la izquierda (el levantamiento espartaquista contra el SPD
en la revolución alemana). De ahí la cita de Pannekoek que encabeza esta
ponencia recuperando el filo revolucionario de la teoría marxista en oposición
al “radicalismo pasivo” y la “unidad monolítica de toda la clase obrera” tal
cual defendía Kautsky. No por nada Lenin aprendió mucho de la célebre polémica
Pannekoek-Kautsky de 1912 en Die Neue Zeit (Los nuevos tiempos, órgano teórico
de la socialdemocracia alemana)[7].
Tal impacto le causó que le dedicó un apartado entero en su “El Estado y la
Revolución”. Fue por medio de esta lucha política concreta que Lenin recuperó
el núcleo fundamental de la doctrina
marxista: la destrucción del Estado capitalista por medio de la
dictadura del proletariado[8].
Este
debate cobra mayor actualidad cuando al mismo tiempo que sesionan estas jornadas
el 8 de noviembre el PO pretenderá decretar la “unidad del movimiento obrero y
la izquierda” por medio de un acto en el Luna Park. Es una impostura. La
división es necesaria para avanzar y la unidad no es un fin sí mismo. La unidad
se conquista por medio de agrupar a los luchadores en la lucha y para luchar[9].
De esta
forma, el verdadero estratega (dirigente político que define el plan) no se
aferra a ninguna estrategia (plan) ni táctica (paso concreto) para lograr sus
objetivos. Su conducta se define por método y doctrina, vale decir, la unidad y
coherencia interna de su perspectiva histórica. La variabilidad estratégica es
una virtud de la certeza teórica. El mito del mandato divino sectario ya fue
superado por el conocimiento de las leyes de la lucha de clases. El que sabe
cómo se pone en pie un movimiento histórico de masas seguramente podrá hacer
una descripción similar de su dinámica interna. Nosotros, con nuestra corta
militancia de 10 años, creemos tener una primera aproximación sobre el tema. Al
servicio de generalizar, difundir y simplificar este método político, la unidad
de los luchadores, es que escribimos esta ponencia y escribimos nuestro primer
libro sobre la historia del FEL.
4. HIJOS DEL ARGENTINAZO: UNIDAD DE LOS LUCHADORES EN LA ESCUELA
Y UNIDAD DE LOS LUCHADORES EN TODO EL PAÍS. El FEL, desde sus orígenes, fue un
proyecto político en construcción que no puede disociarse del enorme reguero de
rebeliones populares y levantamientos de masas que recorren nuestro país desde
el Argentinazo. Su nacimiento está pavimentado por el método político
revolucionario del movimiento piquetero y su sector más avanzado, el Partido
Obrero y el Polo Obrero, que planteara ¡Fuera De la Rúa-Cavallo y todos los
gobernadores del FMI!, y más tarde, ¡Fuera Duhalde!; así como también la lucha
antiimperialista por el ¡Fuera Bush! Su identidad se fue configurando en
directa relación con los objetivos del movimiento, como lo evidencian también
la lucha por echar a Viegas del Pellegrini, el rector elegido por el Consejo
Superior a inicios de 2007, o el planteo de organizar una insurrección contra
Macri en toda la Capital para derrocarlo y denunciar la complicidad del
kirchnerismo y de Pino Solanas que hizo carne con el Estudiantazo de 2010,
donde el Centro del Belgrano dirigido por el FEL jugó un rol de vanguardia: fue
el primero en tomar y uno de los últimos en levantar su toma. Este protagonismo
del FEL y sus dirigentes en el Estudiantazo, a su vez, quedó inmortalizado en
la memoria popular con el famoso “Fuera Macri, Feinmann facho” de Alejandro
Furman en C5N[10].
El FEL
surgió en 2004, como indica su nombre, como un frente entre 3 agrupaciones del
Carlos Pellegrini: el Frente (independientes simpatizantes del PO, entre ellos
Javier Díaz, presidente del CECaP en 2005, y Juan Marino, presidente del CECaP
en 2006), AIRE (Agrupación Independiente por las Reivindicaciones
Estudiantiles, donde militaba Julián Asiner), y la Agrupación 20 de
diciembre-Lista 29 (fundada por militantes del PO, en particular el presidente
del CECaP en ese momento, Christian Armenteros, y militantes del PC, en
concordancia con el bloque piquetero Polo Obrero-MTL y la colaboración que
existía en el gremio docente universitario). La tarea que puso a la orden del
día la formación del FEL fue ruptura de la Lista 69 (conducción del CECaP en
2004) en dos sectores: por un lado el que evolucionó hacia “El Faro”
(agrupación vinculada a Cristian Caram y la Franja Morada) y se referenciaba en
Ezequiel Marín (en su momento secretario general del CECaP), y por el otro lado
estaba el sector que luego fundaría la “20 de diciembre” y se referenciaba en
Christian Armenteros. De esta forma, la crisis de la conducción debido a la
irrupción de la lucha no-docente generaba dos escenarios alternativos: o ganaba
la Franja o ganaban los luchadores. Por eso el FEL, en sus orígenes, no fue un
agrupación sino efectivamente un frente entre los “estudiantes en lucha”. De
ahí su nombre. También hacía referencia a la lucha entablada entre el CECaP por
su derecho a convocar libremente asambleas y la regimentación por parte del rector
progresista Gak. Vale recordar que el punto más alto fueron las asambleas de
Agosto de 2004 en apoyo al Bloque Piquetero Nacional, al paro de la AGD-UBA y
en defensa del sexto año. Asambleas por las cuales el progresista Gak amenazó
con expulsar al presidente del CECaP, Christian Armenteros. Fue sobre esta
delimitación política granítica en apoyo al movimiento obrero y piquetero y en
oposición a la regimentación estatal que se fundó el Frente de Estudiantes en
Lucha. Con este mismo método se
conquistó la presidencia del CECaP nuevamente para 2005.
El debate de estrategias siempre fue piedra basal desde la
formación del FEL. Eso no significa que hubiese acuerdo sino que hubo un
intenso debate desde su propia fundación. Por ejemplo, un sector planteaba al
FEL como instrumento para la lucha contra el Estado, por los reclamos, por la
defensa de la autonomía del CECaP ante Gak, combatiendo su regimentación; y
había otros quienes querían hacer del FEL una suerte de “club de debate y
formación” para que los estudiantes “conozcan” a todos los partidos de
izquierda y pudiesen “madurar políticamente” para “tomar una decisión cuando
salgan del colegio”. Claramente, se veía la politización como un mero ejercicio
intelectual y el pluralismo con la izquierda era directamente proporcional a su
adaptación a Gak. No se trataba de una agrupación de combate sino de un
pasatiempo izquierdista que buscaba bloquear que los secundarios militen en
partidos políticos hasta que sean mayores de edad.
Desde el
inicio quienes militábamos en el PO éramos los que impulsábamos la unidad de
los luchadores por medio del FEL. En principio, fuimos una minoría, 1 compañero
(Armenteros) y después un puñado; un salto importante fue la incorporación al
PO del sector dirigente de El Frente entre los que estaba Juan Marino (actual
dirigente de la Tendencia Piquetera Revolucionaria). Es importante destacar que
estos progresos sólo fueron posibles mediante una lucha política como tendencia
revolucionaria interna abiertamente socialista. En los primeros pasos la tarea
se basaba en ir a la reunión (1 contra 50), chocar, polarizar, sacar las
conclusiones a la luz de la experiencia, reclutar y reiniciar una vez más ese
ciclo contracorriente, una y otra vez. Luego de esta confrontación estratégica
se abrió paso la construcción del primer círculo del PO y la correlación de
fuerzas se fue decantando como producto de la calidad de nuestra política y el
esfuerzo sistemático de nuestros cuadros. Este trabajo político era combatido
no sólo con argumentos sino con campañas macartistas al interior del FEL.
Durante 2005, cuando se produjo la fusión de las 3 agrupaciones para disolver
todos los grupos internos incluyendo la agrupación del PO, un sector
independentista y anti-partido denunciaba las reuniones previas del PO.
Pretendían que los militantes del PO no pudiésemos discutir nuestra orientación
para el Pellegrini por fuera del FEL. Sin embargo, defendimos el derecho del PO
a intervenir con fisonomía propia y volantes propios dentro del colegio, en
oposición al FEL que se oponía porque “adentro ya estaba el FEL”. Como se ve,
el FEL era un punto de apoyo y un bloqueo al mismo tiempo. Primero éramos
algunos pocos que militábamos en el PO, después el FEL adoptó la identificación
de UJS más independientes (en el verano de 2007, como conclusión la lucha por
la democratización de la FUBA del año anterior) y después de la lucha por la
democratización del Pellegrini, pasó a ser FEL en la UJS.
Este
progreso en la filiación partidaria de la agrupación no significó un estrechamiento
de su base. Por el contrario, hubo una ampliación fenomenal del FEL. De modo
que en esa misma campaña electoral (fines de 2008) se organizaron en el FEL-UJS
más de 100 compañeros del Pellegrini, lo que también constituyó una cantera de
cuadros para el PO (hoy, muchos no sólo están en la TPR sino que varios ex
FEL-UJS pasaron a presidir los centros de estudiantes de la UBA o ser
consejeros estudiantiles por el PO). O sea que el FEL tenía ganada su fisonomía
política en la lucha de masas, y lo que hubo fue una vertebración del FEL
alrededor del PO. Esto implicó el otorgamiento al Secretariado Político (órgano
de los militantes del PO del Pellegrini que centralizaba los círculos
partidarios) de la capacidad de tomar resoluciones en nombre del FEL cuando no
se podía reunir la agrupación. Esta resolución fue aprobada por el voto unánime
de todos los compañeros del FEL. Lo atractivo del FEL, por lo tanto, no era su
carácter apartidario sino que agrupaba a la vanguardia de los luchadores del
colegio. El partido (PO) y la agrupación de masas (FEL) no eran estructuras
antagónicas que se parasitaban mutuamente ni organizaciones distintas que
establecían una simbiosis, sino que eran una unidad dialéctica en desarrollo.
Refutamos prácticamente, de este modo, la errada idea de que las agrupaciones
de masas son una pantalla para que el partido reclute o un vehículo para la
disolución del partido detrás del movimientismo.
El FEL, en
su punto más alto, era un instrumento vivo de los luchadores del Pellegrini que
llegó a establecer una suerte de “cuerpo de delegados paralelo” teniendo al
menos un “delegado del FEL” en cada curso. Era, a su vez, no sólo una
referencia política sino social, cultural, intelectual e incluso deportiva y
artística para los estudiantes del Pellegrini. Ser militante del FEL era casi
sinónimo de ser popular en uno de los principales grupos de amigos de todo el
colegio. Hay que tener presente que sobre 2000 estudiantes logramos votaciones
de hasta 800 votos. O sea, prácticamente la mitad de los estudiantes nos
apoyaba, el que no nos votaba simpatizaba o era amigo nuestro y eso se
reproducía bastante parejo en todo el colegio. Sin importar a qué turno, a qué
año o a qué curso ibas, si “eras del centro de estudiantes” o eras “buena
onda”, tenías que ser del FEL. Querer ser del FEL era casi una cuestión de
sentido común. Se trataba de una construcción casi espontánea de hegemonía
sistemática en todos los terrenos porque de hecho agrupabamos a lo mejor de
todo el colegio. Esto no sucedió por casualidad sino que fue el resultado de
una lucha política de partido.
El ejemplo
del FEL no tardó en expandirse a otros colegios, al calor de las victorias
obtenidas en la lucha por la democratización del Pellegrini, impulsamos
enérgicamente la puesta en pie de coordinadoras, zonales y de nuevos centros de
estudiantes en los colegios de toda Capital Federal. El caso más emblemático
fue el del Colegio Nacional de Buenos Aires (CNBA), donde el FEL se formó a
fines de 2007. La UJS-PO se había formado allí en 2006 como conclusión de una
toma contra las arbitrariedades del rector radical Horacio Sanguinetti, y en
2007 se unió con la Corriente Estudiantil del Buenos Aires (CEBA,
independientes), por el rechazo a la rectora electa por el Consejo Superior de
la UBA, Virginia González Gass, y a la subordinación de la conducción del
CENBA, en ese entonces en manos de la agrupación Escoria (embrión de la
corriente de secundarios de Patria Grande, a su vez apoyada por el MAS y el
MST). El CENBA, durante la lucha por la democratización de los
preuniversitarios, había acordado el ingreso de González Gass. El FEL se impuso
en las elecciones y conquistó la conducción del Centro de Estudiantes del
Buenos Aires denunciando esta política capituladora. Además, en el 2008, cuando
los militantes del FEL del Pellegrini intervinieron activamente en la
propagación de la lucha contra el recorte de becas de Macri-Narodowski, surgió
el FEL en el Nicolás Avellaneda (donde la burocracia de CTERA que dirige aún
hoy el colegio se alió con Lobo Suelto -los secundarios de Patria Grande- para
impugnar nuestros votos del turno noche e impedirnos acceder a la conducción) y
en el Rawson, donde ganamos con más del 70% de los votos. Incluso en el
interior del país, los militantes de la UJS identificaban al FEL como “la
juventud del PO en secundarios” o “el hermanito menor de la UJS”. De hecho, los
militantes del PO empiezan a fundar FEL’s en otros lugares del país dándose de
este modo una situación dual (como la que en mucha menor medida se dio con el
FLE del CNBA y del Mariano Moreno, donde el PO también dirigió). Por mencionar
algunos casos: se formó el FEL (y ganó sus elecciones) en 2005 en la UNGS; en
el ISPP Nº1 de Santiago del Estero en 2008; en Humanidades, de la UNS (Bahía
Blanca) también en ese año. Este impacto ideológico y cultural en la militancia
del PO se manifestaba en compañeras del Polo Obrero que nos decían “queremos
que nuestras hijas sean luchadoras como ustedes. queremos que sean del FEL”. A
principios de 2008 fue la primera vez que realizamos un congreso de los
secundarios de la UJS en el gimnasio del Pellegrini, con más de 150 estudiantes
de Capital, Provincia y el Cordón Industrial de San Lorenzo. Es decir que la
UJS-Secundarios se estructuraba en torno al FEL del Pellegrini.
Luego de
la expulsión de quienes dirigíamos tanto la UJS-Secundarios (ya extendida a una
decena de colegios) como el FEL y el CECaP, se abrió una lucha ideológica donde
el PO se quizo apropiar del FEL porque reconocía como propio ese capital
político, aduciendo su incorporación a la UJS. La idea de la dirección del PO
era robarse la agrupación “desde arriba”
a espaldas de sus militantes y todo los estudiantes del Pellegrini. Este
intento fue derrotado de forma aplastante porque el activismo del colegio
masivamente reconoció que el FEL éramos quienes hoy somos parte de la TPR[11].
Esto quedó condensado también en una lucha ideológica por medio de la salida de
la primera revista del Frente de Estudiantes en Lucha para el 16 de septiembre
de 2009. A su vez, luego del primer congreso como FEL sin la UJS en agosto de
2009, vamos a ganar las elecciones, consiguiendo la reelección de Federico
Schujman (ex militante del FEL, fundador de la TPR y actual cantante de
Sambara) y la elección de Natsumi Shokida como secretaria general del CECaP, en
tanto que el PO dejó de reivindicar el nombre como propio y pasa a llamarse EPA
(Estudiantes del Pelle en Acción). Luego este proceso concluyó con la
unificación del FEL del Pelle y el FEL del CNBA, dando lugar junto a compañeros
dispersos en varios colegios de Capital Federal al FEL-Secundarios en el
congreso de junio de 2010 y, en 2011, realizamos el primer congreso del FEL en
Córdoba Capital (donde el FEL se fundó un año después del Estudiantazo de 2010
contra el proyecto de ley 8113).
En esta
misma línea, el FEL fue columna vertebral y cabeza del movimiento secundario
porteño e impulsó la formación de coordinadoras del movimiento secundario
porteño a lo largo de la última década. La Coordinadora de Estudiantes
Secundarios y Artísticos (CESA) en 2004, que expresó un reagrupamiento político
de los militantes secundarios luego de la disolución de la Federación de
Estudiantes Secundarios (FES) en 2002 bajo la represión de Ibarra y la traición
de la OIE (Organización Independiente de Estudiantes). El programa fundacional
de la CESA, aprobado a propuesta del FEL y el CECaP, tuvo un planteo delimitado
del Estado, los gobiernos de turno, en defensa de la clase obrera y por la
independencia política del movimiento secundario. Incluso se pronunciaba por “una
alternativa obrera y socialista, una alternativa política de los explotados”[12].
Esa delimitación política estratégica fue el precedente del Encuentro de
Estudiantes Secundarios (EES), que se desarrolló como el agrupamiento de todos
los secundarios en lucha con la toma del Normal 9 de 2005 como epicentro,
abriendo paso al Estudiantazo contra Ibarra. Los militantes que participaron de
esa experiencia y luego continuaron organizando al movimiento estudiantil
formaron la Coordinadora de Estudiantes Secundarios (CES) en 2006, con el CECaP
a la cabeza, dirigido por el FEL, la que nació luchando contra la Ley Nacional
de Educación, o sea contra la Ley Federal 2 de Filmus-Kirchner. Fue la CES la
que organizó las marchas de las frazadas y la lucha por la calefacción en 2008,
donde el CENBA dirigido por el FEL y el CECaP, cuya conducción estaba en manos
de Libres del Sur (por entonces K) pero la mayoría del cuerpo de delegados en
manos del FEL, jugaban un rol destacado. La CES abrió paso a la CUES, producto
de una política de frente único impulsada por el FEL y la UJS que buscaban
agrupar en una lucha común contra el gobierno al resto de las tendencias del
movimiento secundario que, por su adaptación al kirchnerismo y su rechazo a la
izquierda, venían hostilizando a la CES. Luego de la ruptura con la CUES por
parte, primero, de los K, y luego, de la OES, el FEL defendió a la CUES durante
el Estudiantazo de 2013 como una referencia de lucha política independiente
ante la orientación kirchnerista de las direcciones tanto de la FES como de la
CEB. En 2014, y ante el choque al interior de la CEB entre los K de la OES
(integrados a Seamos Libres) por un lado, y agrupaciones como La Revancha y
Lobo Suelto por el otro, el FEL se integra a la CEB para desenvolver un plan de
lucha y una nueva dirección del movimiento secundario corporizada por los
luchadores independientes del kirchnerismo.
El FEL, por lo tanto, siempre se desarrolló en
estrecho contacto con el movimiento de lucha. Es decir que no se trata de lo
que el FEL quiere ser en la cabeza de sus protagonistas, sino de lo que el FEL
expresa de la lucha de clases en cada momento. El FEL es una expresión viva y
un canal del movimiento estudiantil que lucha y se unifica para enfrentar al
Estado.
5. FRENTE ÚNICO DE LUCHA Y LA CONQUISTA HISTÓRICA DE LA
MAYORÍA DEL ÓRGANO DE CO-GOBIERNO (CONSEJO DE ESCUELA RESOLUTIVO) POR PARTE DE
LOS LUCHADORES. El Frente Único de Lucha (FUL) en el Pellegrini,
integrado por el Centro de Estudiantes, la Asociación Gremial Docente y la
Comisión Interna No Docente, surgió con anterioridad al FEL a mediados de 2004.
Se puso en pie sobre tres patas: la conquista de la Comisión Interna No Docente
por el PO, la conquista de AGD-UBA por los luchadores y la conquista de la FUBA
contra la Franja. Fue la propia FUBA la que convocó una reunión abierta a todos
los claustros en el Pellegrini para apoyar la lucha no-docente: de esta forma,
y replicando la experiencia de la lucha contra el golpe a Chernusky en la
Facultad de Ingeniería por parte de Techint, la FUBA impulsaba un mecanismo
soviético que apuntaba a generar un doble poder de estudiantes y trabajadores,
para intervenir en la crisis de poder en curso. Existían dentro del FUL
estrategias contrapuestas que se manifestaron a lo largo de toda su existencia.
La tendencia abiertamente conciliadora, corporizada por Julio Bulacio,
Secretario General de la AGD-Pellegrini, que apostaba a un desarrollo
estructural de cargos como AGD bajo el amparo del entonces rector Abraham Gak.
En oposición a esto se encontraba la tendencia de los estudiantes, hostiles a
Gak dado que representaba concretamente la regimentación de los estudiantes y el
ataque a las condiciones de trabajo de los no-docentes. La historia del FUL es,
por lo tanto, la historia de una lucha entre partidos y tendencias.
Para poner en pie la unidad entre los claustros,
tuvo que haber un partido, el Partido Obrero, con presencia en los claustros
del Pellegrini y la UBA, para vertebrar al frente. No solamente importaba la
capacidad organizativa del partido sino, sobre todo, la lucidez política para
convocar al frente y orientarlo. La confrontación política con la línea conciliadora
de Bulacio podría haber suscitado, en oposición, una línea sectaria o
seguidista. Sin embargo, durante muchos años, tuvimos la capacidad política
para agrupar la comisión interna de AGD-Pellegrini contra el poder político.
Esta experiencia política preparó las condiciones
para la histórica lucha por la democratización de 2007. Fue sobre la base de
derrotar al gakismo, que existía incluso dentro del FUL a través de la
dirección de la AGD, que abrimos paso al movimiento de lucha por el ¡Fuera
Viegas! No se trató, por lo tanto, de una “unidad de acción” con el progresismo
contra Viegas (como sostuvo luego Gabriel Solano, dirigente nacional de la UJS
y el PO) sino, por el contrario, de la superación de la impostura progresista
mediante el desarrollo de un movimiento de masas contra las camarillas.
Es sobre la base del desarrollo de la lucha por la
democratización que se incorporan nuevos claustros a la lucha. Se trata de los
“padres piqueteros”, tal como los denominaron los medios por defender,
participar y garantizar los piquetes en la puerta del colegio por más de 10
horas y durante casi un mes para impedir el ingreso de Viegas. Los piquetes
contaron con la resistencia, al interior del PO, de la Dirección Universitaria,
particularmente de Gabriel Solano y Juan Pablo Rodríguez, pero se impusieron
por la lucha política del FEL y la UJS del Pellegrini - incluido el propio
Julián Asiner. En el mismo sentido que los padres, surgieron los Graduados
Autoconvocados por la Democratización planteando la necesidad de eliminar el
claustro de graduados como un apéndice de las autoridades y colocar a los
graduados como un punto de apoyo para estudiantes y trabajadores. Esto implicó
una gran delimitación con la izquierda que rechazaba la presentación de
candidatos. Este fue el origen del Frente de Graduados por la Democratización,
que aún hoy retiene la mayoría del claustro y por parte del cual es consejera
Natalia Saralegui, militante histórica y dirigente del FEL.
Con la histórica toma de más de un mes, conquistamos
el acta de compromiso donde se establece la formación de Consejos de Escuela
Resolutivos (CER). A fin de 2007, logramos la renuncia de Viegas, producto de
su incapacidad para reestablecer el control del colegio por parte de las
camarillas. Con la toma de una semana del Nacional de Buenos Aires en 2008,
conquistamos la formación efectiva de los CER. No es un hecho menor: ya no se
trataba de conquistar reivindicaciones aisladas sino que con nuestra lucha
habíamos modificado definitivamente la fisonomía del propio poder político. Es
en este marco que se reúne el I (y el único que hubo) Congreso del Partido
Obrero del Pellegrini en marzo de 2008, con representación de todos los
claustros: estudiantes, docentes, no-docentes, graduados y padres, a pesar de
la resistencia de Solano y todo el Comité Central del PO que nunca nos dieron
una reunión formal ni una respuesta por escrito para discutir las
características de la convocatoria al congreso ni sus resoluciones. A pesar de
esto, fue un hecho inédito que un partido revolucionario tuviese tal
penetración estructural y tal articulación de su intervención al interior de un
sólo colegio y, a pesar del boicot del CC, nadie puso nunca en duda que ese
congreso fue un congreso legítimo que deliberó en nombre del Partido Obrero.
Fue allí donde nos fijamos como objetivo político ganar las elecciones y
conquistar la mayoría del CER para los luchadores. Nos dotamos de una
estrategia revolucionaria, un plan concreto, colocándonos como meta el gobierno
del colegio. En conversaciones informales con varios compañeros, Solano también
criticó la consigna central de ese Congreso que denunciaba la intervención K
corporizada en el nuevo rector, Pastorino, y contrapuso la necesidad de
postular un “pliego de reclamos concretos que se pudieran conseguir”. La
discusión era clara: si tenemos mayoría en los claustros, nos corresponde
gobernar, derrotando la intervención kirchnerista de Hallú. Solano, por el
contrario, estaba más preocupado en defender las posiciones sindicales que en
luchar por el poder. Fue a partir de esta deliberación política que impusimos
una paliza a las camarillas en las elecciones, ganando de forma aplastante en
estudiantes y graduados, reteniendo la Comisión Interna No-Docente y logrando
una buena elección de la lista de AGD en docentes. La conquista de la mayoría
en el CER no se logró de forma atomizada, lugar por lugar, con ángulos
parciales ni por reclamos puntuales o un pliego de reclamos sino como parte de
una campaña política central, partidaria, basada en una comprensión de
conjunto: la necesidad del gobierno de estudiantes y trabajadores.
La dirección del Partido Obrero del Pellegrini y del
Frente Único de Lucha se transformaron en una misma cosa. Pusimos en pie un
comando político de campaña que se reunía cotidianamente y dirigía la actividad
en todos los claustros, militábamos entre todos para conquistar la mayoría
claustro por claustro, y de esa forma conquistar la mayoría del CER. Logramos
que la mayoría del CER fuese de los luchadores. Esto demuestra que, por medio
de la acción política, los revolucionarios podemos disputar el poder y
transformar las condiciones políticas. No es cierto que estemos condenados a
actuar a la defensiva y a movernos en los marcos que nos permite el Estado. Con
nuestra militancia creamos una realidad histórica superior donde modificamos la
estructura del Estado, forzando a que existiese un CER que no era una Unidad
Académica pero, como su nombre lo indica, sí era resolutivo sobre toda una
serie de competencias. La lucha por la democratización mostró que podíamos
desafiar abiertamente al poder político, podíamos pasar a la ofensiva y
podíamos triunfar.
Con la mayoría en nuestras manos, la tarea planteada
era lograr un CER con mandato vinculante y un rector que no fuera del Consejo
Superior sino electo por el CER y que acatara las resoluciones del CER. Esta es
la discusión real abierta con el Partido Obrero en base a la cual deciden
romper con el FEL, tal como desarrollaremos en el punto posterior.
En 2009, y luego de la ruptura del PO con el FEL, el
FUL comienza su proceso de desorganización. Nosotros intentamos replegarnos de
forma ordenada con el FUL pero esto fue imposible porque sus premisas políticas
fueron violentadas. A fines de 2009 fue cuando el PO nos atacó com métodos
patoteriles para romper el escrutinio. Eso produjo que la interna no-docente,
que estaba bajo la dirección del PO, repudie al PO e iniciase un largo camino
de desmovilización hasta su actual integración en la burocracia de Anró en
APUBA. En ese momento, la crisis interna se expresó como parálisis y que
empezaran a dejar de participar de las reuniones del FUL. Ya en 2010, luego de
que la nueva gestión de Pastorino le arrebatara el bar a los estudiantes, las
autoridades imponen un golpe contra el CER y amenazas de sanciones a los
militantes del CECaP que defendíamos el bar estudiantil. Quedaba claro que
estábamos ante una intervención K contra la democratización. La AGD no nos
defiende ante las sanciones por el bar. El PO, al defeccionar de la lucha por
el gobierno de estudiantes y trabajadores, da vía libre a la línea de
conciliación de la dirección de AGD. AGD considera que hay que dejar pasar el
golpe. Su dirección se reubica virando hacia la negociación de un rector propio
con el Consejo Superior. Finalmente, luego de la lucha por el ¡Fuera Fornasari!
(rector radical que estuvo en 2011 y cuyo mandato duró tan sólo 4 meses debido
a una enorme lucha estudiantil), la AGD-Pellegrini terminan bajando la
candidatura a rector de Perla Faraoni, en quien el Superior no confiaba, y la
colocan como vicerrectora del nuevo interventor del Consejo Superior, Marcelo
Roitbarg. Esto no era simplemente una “acuerdo táctico” sino que formaba parte
de acuerdos que habían logrado con la propia María “Cati” Nosiglia. La
AGD-Pellegrini apoyaba a Roitbarg y Perla sería su vice. Se trató de un pacto
político en abierta traición a la lucha de los estudiantes. En la nueva gestión
participa directamente la Franja Morada, a través de Leandro Rodríguez como
vicerrector, quien es hoy el candidato a rector de las camarillas de la UBA
para el Pellegrini. La conducción del colegio pasa a expresar, de esa forma, un
acuerdo entre el Superior, la comisión interna de AGD-Pellegrini y la Franja
Morada. El rechazo al gobierno de estudiantes y trabajadores, y la ruptura de
la unidad entre luchadores, fue la moneda de cambio para lograr una vía de
acceso a la integración a las camarillas.
6. ORDEN SOCIALISTA VS REVOLUCIÓN UNIVERSITARIA: DOS
ESTRATEGIAS AL INTERIOR DEL PO ANTE LA LUCHA POR LA DEMOCRATIZACIÓN. El Partido Obrero se quebró cuando el mandato
popular lo habilitó a tomar el poder en sus manos. Ante el hecho de haber
ganado en las elecciones del Consejo de Escuela Resolutivo (CER), es decir,
frente al problema de haber conquistado en las elecciones la mayoría del órgano
de co-gobierno del colegio, no supo cómo responder homogéneamente en términos
revolucionarios.
Nuestro planteo del “Orden Socialista” en el
colegio, tal cual lo muestra nuestro discurso de asunción en el Consejo
Resolutivo[13],
era una respuesta a un colegio convulsionado y en caos por responsabilidad de
las camarillas universitarias. El concepto no sólo retomaba la expresión
acuñada por varios teóricos marxistas incluyendo los de marcada tendencia
libertaria y contra-hegemónica como Rosa Luxemburg, Pannekoek o Gramsci. No era
una “fuerte adaptación ideológica a la derecha” como nos acusó el Comité
Central del PO por Boletín Interno sino una respuesta concreta a la crisis
política: los militantes del Partido Obrero del Pellegrini estábamos asumiendo
la tarea a la que nos mandataba el voto popular y planteabamos hacernos cargo
del gobierno poniendo rector. Eso es lo que rechazaba el PO porque se le
antojaba que era un suerte de “querer gestionar el Estado Burgués” o “tratar de
imponer el socialismo en un solo colegio”. Una vulgaridad seudo-anarquista que
no le daba salida concreta a los problemas planteados por nuestro propío
desarrollo político y los límites del movimiento por la democratización. Esta
indefinición estratégica en la dirección del PO cristalizó en 2009 en la teoría
de la “revolución universitaria”. Para la dirección de la UJS, esto significaba
que ya se había agotado la lucha por la reforma universitaria, o sea, por la
democratización y ahora había que expandir la lucha por todo el país (poniendo
el eje en campañas nacionales sobre otras universidades mientras se apoyaban en
la UBA los distintos movimientos de lucha que surgían sin imprimirle un norte
estratégico)[14].
Nosotros como FEL nos delimitamos de esta concepción
ultra-izquierdista que negaba la vigencia de la lucha por la reforma
universitaria y denunciamos su verdadero contenido conservador y capitulador en
nuestro I Congreso del FEL de agosto de 2009, luego de que nos expulsaran del
PO (29 de junio de 2009): “Lo que en definitiva está siendo negado por este
posicionamiento político es que, al no haberse culminado la lucha por la
reforma universitaria, los socialistas debemos culminar este proceso, en el
marco de la lucha por la revolución socialista. La posición de la ‘revolución
universitaria’ del PO es el anverso de una política que se reduce a levantar
las ‘reivindicaciones’ en oposición a la lucha por el poder. Lo que fue una
victoria del Estado sobre los luchadores fue que el PO retrocediera en
chancletas frente a la posibilidad de gobernar el colegio y por lo tanto
entregara la posibilidad de que los luchadores avancemos hacia este objetivo”.
De hecho, que este concepto era una improvisación sacada de la galera “por la
polémica” contra nosotros también se verifica gracias a estas jornadas de
estudio y reflexión. En su segunda edición de Bahía Blanca de 2008, Gabriel
Solano y Cristian Henkel presentaron una ponencia en nombre de la UJS que no
plantean en ningún momento que la lucha por la reforma haya perdido vigencia
histórica[15]. Se
nota que tenían una caracterización para cada momento. Como diría Groucho Marx
“Estos son mis principios, si no les gusta aquí tengo otros”.
7. LA DESTITUCIÓN DEL FEL Y LA FUNDACIÓN DE LA LISTA 39: UNA
DERROTA POLÍTICA Y UNA VICTORIA CULTURAL DEL FEL CONTRA EL ESTADO, LAS
CAMARILLAS Y LOS PARTIDOS PATRONALES. La destitución del FEL en 2010 y la fundación de la Lista
39 implicaron una derrota política y una victoria cultural del FEL. Este
balance importa porque hay una nueva generación de militantes tanto en el FEL
como en la 39 y el PO para la cual amerita escribir nuestra posición sobre el
punto. En primer lugar hay que marcar que, para destituirnos, las agrupaciones
golpistas contaron con el concurso de la burocracia de CTERA, el aparato de
regentes, Leandro Rodríguez y el propio rector Pastorino. Las agrupaciones, en
este sentido, no fueron más que satélites de una contra-democratización que apuntaba
directamente en el sentido de dividir al Frente Único de Lucha, cooptar a la
AGD y destituir al FEL de la conducción del CECaP. Fue exactamente lo que pasó
y hasta el día de hoy se empeñan en negar.
En segundo lugar, es importante marcar que la conquista
ideológica de los luchadores sobre la conciencia de los estudiantes era tan
grande que tuvieron que incurrir en una maniobra que fue, en esas mismas
asambleas de la destitución, acoplarse a nuestra moción de votar un plan de
lucha. Esto expresaba de manera contradictoria que nos habían arrebatado el
centro pero no habían logrado neutralizar a los luchadores. Supuestamente,
destituían al FEL “para luchar con otros métodos”, no “para frenar la lucha”.
Entonces contra-mocionaron que “ahora destitución, después convocamos asambleas
para votar el plan de lucha”. Todos los golpistas (incluyendo al Partido Obrero
en primer lugar) caracterizaron que nuestra moción de plan de lucha era “una
maniobra” sin detenerse a razonar, ni por un segundo, que la “maniobra” lo
único que pretendía clarificar era de qué lado estaba parado cada uno: quién
luchaba contra el rector y en defensa de la educación pública y quien no.
Obviamente, una vez que nos destituyeron los golpistas nunca convocaron ninguna
asamblea por el plan de lucha lo cual demuestra hasta qué punto actuaron
conscientemente como fuerza de choque al servicio del rector. Su objetivo no
era expulsar a las camarillas privatizadoras, su objetivo era destituir al FEL
y desmovilizar al CECaP. Sin embargo, que de palabra no hayan podido atacar
nuestra moción de plan de lucha demuestra hasta qué punto tuvieron que
acoplarse a nuestros propios planteos para lograr desplazarnos. De esta forma,
se abre un período de trasvasamiento de la experiencia de 6 años bajo la conducción
del FEL para abrir paso a 4 años de conducción de la Lista 39. De conjunto,
esto es lo que explica una década de CECaP con conducciones de lucha. Las
interrupciones, breves (Lista 9 - Libres del Sur en 2008 y Cambalache en 2012),
no impidieron que la iniciativa la siguiéramos teniendo los luchadores.
Significó el destierro definitivo de la Franja Morada del CECaP y la
frustración constante de todos los intentos de copamientos por parte de La
Cámpora y el gobierno nacional kirchnerista. En este sentido, cada victoria de
la 39 también la sentimos como una victoria del FEL y de todos los luchadores.
Por otra parte, entendemos que la conformación de la
39 es una derrota política porque eran militantes del FEL que se separaron de
la agrupación en oposición a la lucha implacable contra el Estado. Fue la
expresión concentrada de los militantes del FEL que querían luchar sin chocar
con el Estado y sin asociarse al Partido Obrero. Expresaban los sucesivos
golpes del Estado sobre el FEL. De ahí salió la 39 y los “nuevos métodos”. Sin
embargo, la derrota fue sólo hasta este punto porque el simple hecho de que del
FEL haya salido la 39, la que pasada media década ha logrado mantener en pie la
bandera de la independencia del CECaP, muestra la vitalidad del FEL y la 39
como construcciones históricas genuinas del movimiento estudiantil que lucha.
De hecho, menos de 1 año después de nuestra
destitución, la 39 tuvo la oportunidad de llevar adelante “su propia lucha” por
la democratización contra Fornasari. Si el FEL tuvo el mérito histórico de
expulsar a Viegas, la 39 tiene el mérito de haber expulsado a Fornsari. Como
FEL, no sólo apoyamos esta lucha sino que fuimos los primeros en largar la
consigna ¡Fuera Fornasari! producto de la crisis que se abrió entre los padres
progresistas y el rector radical. Esa “crisis por arriba”, reflejo de la
interna que luego habilitaría el ingreso de Roitbarg con el apoyo de la
AGD-Pellegrini, sin embargo no quita el mérito al enorme movimiento de lucha
motorizado y dirigido por la 39 porque ningún movimiento de masas triunfa sin
lograr dividir o sin aprovechar las divisiones por arriba y ninguna interna
entre cuatro paredes puede impugnar el protagonismo histórico de la lucha
estudiantil. Especular sobre cuán importante fue la toma y cuán importante fue
la división de las distintas facciones de las camarillas sólo es funcional a la
teoría manigera de la historia y negar los hechos tal cual fueron. A Fornasari
lo echamos con la lucha de los estudiantes, docentes, padres y graduados. Y esa
lucha demostró cabalmente que la 39 eran luchadores opuestos estratégicamente a
la orientación del Consejo Superior.
Esto el FEL lo supo ver incluso en el mismo momento
de su destitución. Nosotros distinguimos muy bien entre quienes comandaron el
proceso golpista (Franja, K y PO) y el sector vacilante (39). Esto, en
oposición al PO, que franeleó con la 39 para destituirnos pero cuando la 39
cristalizó como formación política pasó a caracterizarla como un antagonista
estratégico, atacándola sistemáticamente para desplazarla de la conducción del
CECaP. Una vez más, “por izquierda” el PO empalmaba con los objetivos
reaccionarios del Consejo Superior. Exactamente lo mismo que hizo cuando fue
furioso impulsor de la destitución del FEL, repitámoslo, junto a los K y la
Franja Morada.
A su vez, aceptamos que el PO pueda criticarle
muchas cosas a la 39. Sin embargo, a la 39 no se le puede criticar que se haya
colocado a espaldas de los estudiantes o al servicio de los directivos. Tal es
así que las críticas del PO hasta el día de hoy se reducen a que, en pocas
palabras, “la 39 no es del PO”, dado que nunca pudieron encontrar un eje que
fuera real en el colegio y que delimite a los estudiantes en lucha de la 39.
Todo esto es muy importante porque los militantes
actuales de la 39 y del PO debe recordar muy bien cómo surgió el FEL: frente de
los luchadores para defender la independencia política del CECaP. El FEL surgió
mediante una alianza con la entonces presidencia del centro, en manos de una
ruptura de la 69 que evolucionó a izquierda en el marco de la lucha no-docente
y la persecución del rector contra la lucha en defensa del sexto año. Por eso,
no es cierto que las críticas al CECaP (tal vez válidas) impugnen hacer un
frente con una conducción que esté dispuesta a emprender un rumbo de lucha por
la democratización. De hecho, la experiencia de la lucha por la democratización
emerge de esa forma. La pregunta es: si se puede hacer un frente con una
ruptura de la 69, ¿cómo no se va a poder con la 39? Esto es tapado por el PO
con el argumento de que “a la 39 la apoya el FEL que fue destituido en 2010”.
Nosotros preguntamos ¿y eso qué tiene que ver? Lo único que se demuestra es
que, casi media década después, el PO sigue manteniendo su solidaridad política
con un movimiento reaccionario instigado por los directivos para reventar a una
conducción de lucha y a la democratización. Los dirigentes del PO que siguen estando están orgullosos
hasta el día de hoy de haber votado con la Franja y los K la destitución de una
conducción de luchadores sencillamente dan asco. Como dijera el propio Solano
“para la imbecilidad, no hay límites”. Esto es una vergüenza que tiene que ser
denunciada. Esa reivindicación podrida de colaboración política con la reacción
tiene que rechazada por completo por parte de todos los compañeros que se
consideren luchadores. Quien no se haya pronunciado todavía, lo invitamos a que
se pronuncie hoy mismo porque acá no estamos hablando de errores sino de una
traición abierta que colocó al PO en el Pellegrini del otro lado de la
trinchera.
El método de la destitución fue el método contrario
al que dio origen al FEL. El PO defendió la unidad con la reacción política, la
UCR y los K, contra los luchadores. Eso es lo que reivindica la UJS-PO y por
eso hoy atacan a la Lista 39. Por el contrario, lo que corresponde es
convocarla a un frente, ingresando a la lucha por la democratización de los
preuniversitarios con centros independientes y con una potente orientación de
lucha contra las camarillas, nuestros verdaderos enemigos.
8.
DE CAPITAL FEDERAL A CÓRDOBA, EN 2010 SE
NACIONALIZA EL ESTUDIANTAZO. LA EXPERIENCIA DE OKTUBRE EN EL MANUEL BELGRANO Y
LA FUNDACIÓN DEL FEL EN LA FACULTAD DE PSICOLOGÍA DE LA UNC. El Estudiantazo de 2010 fue el primer Estudiantazo
nacional desde 1999 cuando los estudiantes se levantaron en masa contra la Ley
Federal menemista escrita por Daniel Filmus. No es casualidad, entonces, que
sea 2010 el momento en que como FEL pasamos a ser una agrupación nacional.
Siguiendo la mecha de la lucha estudiantil salimos
de Capital Federal y terminamos en Córdoba. La fundación del FEL y la TPR en
Córdoba tuvo origen en esta nacionalización. Valeria “la Colo” Díaz, actual
dirigente del FEL cordobés, presenció las tomas de los colegios en Capital el
16 de septiembre de 2010 y cuando vuelve a Córdoba propuso desarrollar las
tomas de colegios contra el proyecto de ley 8113. Valeria se incorporó al FEL
porque fuimos la única organización de izquierda que le ofrece un programa a
los secundarios para intervenir, y en contraposición a Secundarios Arriba
(Libres del Sur, ligado al juecismo), proponemos ocupar la Legislatura. Esta
iniciativa ganó con mayoría de mandatos, salvo un único colegio que votó en
contra dado que lo dirigía el PTS. Posteriormente la interestudiantil
desconoció los mandatos diciendo que era una medida ultraizquierdista, aislando
al movimiento secundario, arrogándose la representación y boicoteando la
ocupación. Al mismo tiempo, esa misma izquierda rechazaba (PTS, IS), en Buenos
Aires, el corte de vías de los tercerizados donde fue asesinado Mariano
Ferreyra y que concluyó con la victoria del pase a planta de los compañeros.
Por medio de esta delimitación se abrió la TPR en Córdoba, con un núcleo
fundador que comprendió que para triunfar, el movimiento tiene que barrer con
el poder político, echando a los legisladores privatizadores y corriendo a un
costado a la izquierda anti-piquetera que rechazaba la ocupación. Así se formó
la agrupación Oktubre junto al PR (m-l) y estudiantes independientes contra la
regimentación del rector progresista Sixto Reyes en el Manuel Belgrano, colegio
preuniversitario de Córdoba.
Tras esta experiencia, en 2013 presentamos lista del
FEL para las elecciones de Centro de Estudiantes de la Facultad de Psicología
de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), lo que será la primera experiencia
universitaria del FEL. Luego vendrá en 2013-2014 nuestra intervención en
Económicas de la UBA y en otras facultades a título personal (Medicina, Filo,
Exactas, FADU, Derecho, Psicología, CBCs), lo cual sienta las bases para
establecer una amplia red de colaboradores que permita la incorporación del FEL
a los distintos frentes de lucha de cada facultad.
En Córdoba, nos abrimos paso en la UNC en primer
lugar porque interveníamos desde el movimiento secundario con proyección hacia
la UNC. En 2010, había militantes del FEL en la toma de Filosofía, que
incorporamos por un breve periodo acompañando al Estudiantazo. Esto luego cayó
producto de la presión de La Bisagra que reventó el movimiento de lucha. Como
FEL nos orientamos en primer lugar por la lucha contra La Bisagra y La Franja
llamando a votar al Frente 20 de Diciembre, cuando el PO se incorporó a sus
filas[16].
Luego Valeria ingresó a Psicología como decisión política de la II Conferencia
de la TPR de Córdoba porque Psico acreditaba a la CoNEAU y caracterizábamos que
Psico se iba a levantar. Por lo tanto como FEL queríamos promover y formar
parte de ese levantamiento estudiantil. El desarrollo del FEL en Psico se dio
también en oposición al propagandismo mezquino donde cada organización repite
sus ejes acuñando el slogan de que somos “La izquierda que le importa Psico”.
También dimos lucha frontal contra el sectarismo oportunista del 20 de
Diciembre que expulsó al PO, al PCR y la TPR y rompió su unidad en las
elecciones de Centros de Estudiantes para que Patria Grande se auto-construya
por su cuenta en cada facultad. Luego, este año Sudestada-Patria Grande rechazó
el frente con Tamarit, pero también con la izquierda, y terminó votando a favor
de la comisión por Monsanto de Tamarit. O sea que apoyó la maniobra del
kirchnerismo contra el movimiento de lucha. Ya había pasado algo similar cuando
Sudestada-Patria Grande votó por Tamarit en segunda vuelta para la elección de
rector. Por el contrario, desde el FEL intervenimos con un método frentista por
el reestablecimiento de un frente de independencia política sobre la base de un
plan de lucha y la movilización del estudiantado.
Al mismo tiempo, el FEL en Córdoba se desarrolló en
la lucha contra los femicidios (como Paola Acosta en 2014), contra la violencia
a la mujer participando de la Marcha de las Putas, defendiendo los derechos de
la comunidad LGBTTIQ en la facultad contra los ataques de DOXA y exigiendo la
renuncia de Graciela Ruíz, titular del Consejo Provincial de las Mujeres.
9. CONTRA-DEMOCRATIZACIÓN EN LA UBA, PLAN DE LUCHA Y EL
MÉTODO DE LA FUBA PIQUETERA.
Las recientes elecciones de Medicina, Veterinaria, Económicas, Derecho y
Odontología de las UBA en 2014 dejaron un claro balance: una consolidación de
la Franja Morada/Nuevo Espacio, y un retroceso de la izquierda. La llegada de
Barbieri a la rectoría y la disolución del espacio de los decanos progresistas
K vinculados a Carta Abierta es la mejor expresión del fracaso del kirchnerismo
en la universidad. Tan grande es su fracaso que la conclusión es el retorno a
la gestión directa de los hijos de De La Rúa y Shuberoff. Sobre la base de los
resultados electorales, el dirigente de la Franja y presidente de la FUA,
Arturo Pozzali, sale a decir que quieren conquistar la FUBA el año que viene[17].
La Franja ha logrado un impacto propagandístico con
tan solo tomar algunas cuestiones laterales al punto que ha ganado consenso
entre los estudiantes. Por eso los votan. Es lo que la Franja llama
"gestión" y es su carta de presentación: alguna medida efectista que
atiende alguna necesidad puntual para tener la legitimidad suficiente como para
atacar nuestra educación. Lejos de estar “paralizada”, la Franja tiene toda una
iniciativa política para conquistar políticamente al estudiantado y hacer
retroceder a los luchadores. Sin embargo, el límite del punterismo es el
punterismo mismo. Basado en la excepción y el favoritismo no puede dar
respuesta a la demanda generalizada. Por lo tanto, no soluciona el problema
sino que sobrevive a condición de perpetuar el problema. Ese es el punto de
quiebre donde tiene que golpear la izquierda organizando un movimiento de masas
por esos reclamos.
Es sobre la base de comprender este cuadro que la
FUBA, para ser piquetera, tiene que mostrar que con cada piquete arranca una conquista.
Luego de que la lucha por echar a Richarte iniciada a principios de año por la
federación se frenara sin un mayor desarrollo, ahora la Franja viene a echarnos
a los luchadores. Es importante marcar que no hubo grandes movimientos de lucha
a izquierda de la federación como se insinuó a fin de año pasado contra la
Asamblea Universitaria, por lo que la defensa de la FUBA piquetera no admite
debate posible. Es un objetivo indiscutible de todo aquel que se reclame
luchador y opuesto a las camarillas. Por su parte, la no existencia de esos
movimientos no demuestra que no eran necesarios porque justamente por algo
avanzó la Franja. Lo que demuestra es que en el actual cuadro político y bajo
la presión de la ofensiva de la Franja depositar la expectativa en luchas
espontáneas es regalarles la iniciativa política a los radicales y colocarnos a
la defensiva. Por el contrario, necesitamos que las conducciones de la FUBA y
los centros independientes se fijen objetivos concretos, lancen campañas
políticas y convoquemos asambleas en todos los lugares para luchar hasta
conquistarlos. Llamamos a la izquierda a escuchar el mensaje de estas
elecciones y lanzar una audaz iniciativa política por todos los reclamos.
Juguemos en toda la cancha. No dejemos libre ni un centímetro para los
privatizadores. Un gran paso en este sentido ha sido la jornada de lucha del 8
de octubre frente al Consejo Superior, que agrupó a la FUBA, los centros de
estudiantes de lucha de la UBA y los preuniversitarios, en una movilización
común por todos sus reclamos.
10. ANTE LA ELECCIÓN DE RECTOR EN EL PELLE Y EL BUENOS
AIRES. POR UN CONGRESO DE LOS COLEGIOS PRE-UNIVERSITARIOS. ANTE LA PERSECUCIÓN
DE LOS DIRECTIVOS, LA NESC Y EL DERRUMBE EDILICIO, PLAN DE LUCHA DE LA CEB. El principal desafío que tenemos por delante los
estudiantes, docentes, no docentes y graduados del Pelle y el Nacional es la
elección de rectores, que tendrá lugar entre fines de 2014 y principios de
2015. En el Buenos Aires, el radical Zorzoli ya ha anunciado sus pretensiones reeleccionistas.
En el Pelle, suena fuerte el nombre del actual vicerrector Leandro Rodríguez,
hombre de la Franja Morada, para suceder a Roitbarg, quien se retiraría de la
rectoría. La formación de la Secretaría de Preuniversitarios por parte del
Consejo Superior, con Oscar García a la cabeza, pone de relieve la intención de
las camarillas de realinear a los colegios dependientes de la UBA con la nueva
gestión que ha asumido el rectorado, con Barbieri a la cabeza.
Los compañeros del Pelle exigen que el Consejo de
Escuela Resolutivo sea vinculante; los compañeros del Nacional que haya un
verdadero co-gobierno de la comunidad educativa. Esos reclamos parten de la
base de rechazar que las camarillas metan a dedo a sus rectores, e impulsar la
lucha y movilización estudiantil. Desde el FEL, que desde nuestra fundación,
hace 10 años, promovemos la lucha por expulsar a las camarillas y por gobiernos
de estudiantes y trabajadores en los colegios y universidades, apoyamos a fondo
la movilización de los preuniversitarios. Esta es la disputa en curso: las
camarillas y sus rectores por un lado; los estudiantes, docentes, no docentes y
graduados, y la lucha por la democratización, por el otro. Hay que ubicarse en
esta disputa concentrando todas nuestras energías en el objetivo de derrotar al
rectorado de la UBA y llevar al triunfo la lucha en curso.
En este marco, existe el riesgo cierto de que los
centros de estudiantes queden en manos de las agrupaciones que vehiculizan la
presión de las camarillas universitarias. En el caso del Pellegrini, Unidos y
Organizados busca desplazar de la conducción del CECaP a la Lista 39. En el
caso del Buenos Aires, la disputa por la conducción se desarrolla entre El
Eternauta, la agrupación K, y Claustro Central, la agrupación fundada en su momento
por la Franja Morada, que desenvuelve una política de fuerte adaptación a
Zorzoli. Estas listas expresan la presión de los rectores y las camarillas al
interior del movimiento estudiantil. Prueba de ello es que cuentan con el aval
directo de las autoridades para desarrollar sus actividades: en el caso del
Pellegrini, a través de un acuerdo entre Roitbarg y el Ministerio de Educación
de la Nación, a los K les otorgaron el beneficio de no ponerles faltas a todos
los estudiantes que fueran junto a ellos a la ESMA a una actividad claramente
kirchnerista.
Si entendemos que el principal desafío que tenemos
por delante es luchar por la democratización, contra las camarillas y sus
rectores, y por el gobierno de estudiantes y trabajadores, entonces tenemos que
sacar una conclusión clara: tenemos que cerrar filas contra los K y la Franja
para que los centros de estudiantes queden en manos de los luchadores y de esa
forma podamos impulsar la lucha por ¡Ningún rector del Consejo Superior! De ahí
que sea necesario abrir una deliberación, de inmediato, entre los estudiantes
de los preuniversitarios, para poner en pie listas de los luchadores para las
elecciones de Centros de Estudiantes. Esto es más urgente que nunca en el
Pellegrini, donde la campaña electoral comenzó el martes 14 de octubre y se
vota el viernes 24. Cuando estemos presentando esta ponencia en Mar del Plata,
ya sabremos los resultados de esta batalla estratégica.
La división de los luchadores, en este cuadro, no
implica otra cosa que abrirles paso a los candidatos de Barbieri y el Consejo
Superior. Frente a la presión del Estado, los rectores y las camarillas por
desplazar a los luchadores de los centros de estudiantes para colocar a sus
agrupaciones, los estudiantes tenemos que cerrar filas para impedir que esa
presión se desarrolle y logre su objetivo. Por el contrario, los que concentran
el fuego sobre los luchadores en vez de las camarillas, incurren en un grave
error.
Teniendo en cuenta este cuadro de conjunto, las
elecciones de centros se tienen que dar de la mano de librar una lucha común
entre el Pelle y el Nacional por la democratización. Para ello, proponemos que
el CECaP, el CENBA, AGD-Pellegrini, la Asociación Docente del CNBA, las
Comisiones Internas No Docentes, el FGD del Pellegrini, los graduados
opositores a la Franja y los K del CNBA, y los padres que apoyan a los
estudiantes que luchan, convoquemos a un congreso de los preuniversitarios,
para lanzar una campaña política por la democratización de los colegios, contra
el Consejo Superior. Fuera las camarillas. Que gobiernen estudiantes y
trabajadores.
Esta lucha por la democratización se desenvuelve en
paralelo a la lucha del movimiento secundario contra la NESC y por reformas
edilicias. Han vuelto las tomas de colegios, luego de piquetes y
concentraciones que reclaman el fin del derrumbe edilicio y la no aplicación de
la reforma educativa de Macri y los K. Macri ha lanzado sobre los estudiantes
todo el peso de los directivos, con amenazas y campañas políticas por colegio
para deslegitimar a los luchadores y obturar el proceso de lucha en curso. El
FEL llama a desenvolver un plan de lucha de la CEB para derrotar la persecución
e imponer el respeto a la libre organización estudiantil, como parte necesaria
de la lucha por derrotar la NESC y conquistar las reformas edilicias.
Con estos desafíos y estas conclusiones, damos por
terminada la ponencia e invitamos a todos a leer el libro que sacamos sobre la
historia del FEL “ASÍ FUE: 10 AÑOS DE
REBELIÓN POPULAR, ESTUDIANTAZOS Y DEMOCRATIZACIÓN”.
[1] Anton
Pannekoek - “Partido y Clase” - 1936 - Publicado por MIA - Marxists Internet
Archive https://www.marxists.org/espanol/pannekoek/1930s/1936.htm
[2] Nos
referimos a las ponencias “El trotskismo en el movimiento estudiantil (años
1969-1983)” para las I Jornadas de Buenos Aires (2006) y "Congreso de la
Federación Universitaria Argentina: Construyamos el frente de los
luchadores" para las IVº Jornadas de Luján. Ambos textos fueron escritos
por militantes del FEL.
[3] “¿Por
qué FEL?” Primer volante del FEL: http://fel-secundarios.blogspot.com.ar/2014/10/por-que-fel-primer-volante-del-fel-en.html
[4] Título de la ponencia que Julián
Asiner presenta en estas mismas jornadas
[5] Ver
declaración del FEL “Unidad de los que luchan” http://fel-secundarios.blogspot.com.ar/2009/10/unidad-de-los-que-luchan.html
[6] Ver
nota en Prensa Obrera N°904: “El FEL del Pellegrini, por un Frente de
Izquierda” - http://www.po.org.ar/noticia/el-fel-del-pellegrini-por-un-frente-de-izquierda
[8] Ver
nota en Prensa Obrera N°1033: “¿Cuándo y por qué Lenin escribió “El Estado y la
Revolución”? - http://www.po.org.ar/prensaObrera/1003/partido/cuando-y-por-que-lenin-escribio-el-estado-y-la-revolucion
[9] “Debido
a que el enemigo es poderoso en tal medida que los viejos métodos de combate se
demuestran inútiles, la clase obrera debe buscar nuevos métodos. Su tarea no se
clarificará como resultado de una iluminación desde arriba; ella debe descubrir
sus tareas a través del duro trabajo, a través del pensamiento y del conflicto
de opiniones. Debe encontrar su propio camino; por consiguiente, la lucha
interna. Debe abandonar las ideas caducas y las viejas ilusiones, y es de hecho
la dificultad de esta tarea la que engendra divisiones de una magnitud y
severidad tales (...) En esto reside la gran importancia de tales partidos o
grupos basados en las opiniones: que ellos traen claridad con sus conflictos,
discusiones y propaganda. Son los órganos de la autoclarificación de la clase obrera, por medio de los cuales los
obreros encuentran su camino a la libertad.” (Pannekoek, 1936)
[10] Video
- “Fuera Macri, Feinmann facho”: https://www.youtube.com/watch?v=TigqclAqYuI
[11] “Pronunciamiento
en defensa del FEL”: http://fel-secundarios.blogspot.com.ar/2009/08/pronunciamiento-en-defensa-del-fel.html
[12] Programa
de la CESA (Proyecto del CECaP): http://fel-secundarios.blogspot.com.ar/2014/10/programa-de-la-coordinadora-de.html y llamamiento de la CESA: http://fel-secundarios.blogspot.com.ar/2014/10/llamamiento-de-la-cesa-secundarios-de.html
[13] “Para acabar con el caos de las
camarillas, vamos a construir el orden socialista en el Pellegrini” http://fel-secundarios.blogspot.com.ar/2014/10/para-acabar-con-el-caos-de-las.html
[14] Nota
en Prensa Obrera N°1110 sobre el Congreso de la UJS de 2009: http://www.po.org.ar/prensaObrera/1110/juventud/una-demostracion-de-energia-revolucionaria
[15] 2006: La gran lucha de la FUBA por
la “democratización” - Cristian Henkel y Gabriel Solano http://www.mov-estudiantil.com.ar/terceras/200815.pdf
[16] Ver
declaración del FEL: “Votemos al Frente 20 de Diciembre” - http://fel-secundarios.blogspot.com.ar/2012/06/elecciones-unc-votemos-al-frente-20-de.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario