Nueva Pagina Web


Nos mudamos a una nueva y mejor pagina
Te esperamos en elpiquetero.org


domingo, 20 de abril de 2014

[VENEZUELA] MADURO PACTA CON LOS GOLPISTAS Y ATACA A LOS TRABAJADORES

A continuación, reproducimos una declaración política elaborada en respuesta a una pregunta que nos enviaron los compañeros del SDH (Movimiento por la Revolución Permanente - Turquía) para el "Foro Marxista" que organizaron en la ciudad de Ankara los días 19 y 20 de abril. La pregunta de los compañeros fue la siguiente: "¿Podrían explicarnos brevemente la situación en Venezuela? El gobierno de Maduro ha arrestado a algunos generales y hay movilizaciones callejeras. ¿Es el fin del chavismo? ¿Cuál es el rol de la izquierda socialista en Venezuela?".

VENEZUELA: No hay ninguna lucha contra el golpismo. Hay militarización y puntofijismo para meter la mega-devaluación, aumentar la nafta y reventar los convenios colectivos de trabajo

MADURO PACTA CON LOS GOLPISTAS Y ATACA A LOS TRABAJADORES

La derechización del chavismo plantea un Frente Anti-imperialista de toda la Izquierda

Maduro y Capriles estrechándose la mano en 2013
Desde el miércoles 12 de febrero y a lo largo de 2 meses, el mundo entero ha puesto sus ojos sobre Venezuela producto de masivas movilizaciones opositoras al gobierno y la respuesta del chavismo encarcelando opositores y generales bajo la acusación de “golpismo”. 

Lo primero que hay que entender para ubicarse en la discusión son dos problemas: está el golpismo, desde ya, pero también y en primer lugar la bancarrota capitalista. En marzo, por ejemplo, el gobierno de Nicolás Maduro devaluó el bolívar (moneda nacional) un 89%. Se trata de un mazazo al salario de los trabajadores comandada por el propio gobierno chavista. Por lo tanto sostenemos que no se puede hablar de las provocaciones golpistas en Venezuela sin hablar, necesariamente, de la crisis económica y las medidas anti-populares que está aplicando el chavismo.

Desde la TPR, organización política revolucionaria de América Latina, queremos despejar cualquier duda a los compañeros en Turquía y el mundo entero: el centro de la política venezolana hoy nada tiene que ver con un gobierno nacionalista débil que “cede medidas ante la presión de los mercados” y que está en peligro de ser volteado por una derecha que avanza sin parar en sus planes golpistas. Por el contrario, de lo que se trata es de un gobierno fuerte (tuvo mucho respaldo en las últimas elecciones del 8-D) que tiene un programa ajustador ante la crisis y que, por eso, “aprovecha” las provocaciones golpistas de un sector de la derecha para fortalecerse por medio de militarizar el país con la excusa del “golpe” y reforzar así su autoridad política “en la lucha contra la derecha”. Se trata de una impostura total: Maduro no se prepara para atacar al imperialismo y la derecha sino para atacar a los obreros y los campesinos. La orientación real del chavismo en esta crisis política es pactar una salida conjunta con el imperialismo y así lograr el suficiente respaldo político como para poder descargar de lleno la crisis capitalista sobre los trabajadores. Este es el motivo de fondo por el cual hoy el debate excluyente son las “Conferencias de Paz” entre Maduro y la MUD (Mesa de Unidad Democrática) de Capriles apoyadas tanto por el imperialismo y por el Vaticano como por la burguesía golpista.

Aunque tal vez les resulte increíble, la realidad es que hoy en Venezuela no marchamos hacia ningún tipo de golpe sino hacia un nuevo Pacto de Punto Fijo (pacto histórico entre los dos principales partidos patronales, ADECO y COPEI, conocido por su carácter entreguista, espurio y anti-popular). La izquierda venezolana y mundial, por lo tanto, tienen que ver con claridad las consecuencias catastróficas de este pacto entre el chavismo y la MUD para intervenir en la crisis política, ganar las calles y construir un Frente Anti-imperialista de toda la Izquierda.

LA “RASPADERA DE OLLA” Y LA “GUERRA ECONÓMICA” POR LA RENTA PETROLERA: CADIVI, RUSAD, CENCOEX, SITME, SICAD I Y SICAD II

Como todos sabemos Venezuela depende fuertemente de su exportación de crudo, fundamentalmente a los EEUU, para el ingreso de dólares. Esto no puede ser ocultado por ningún relato chavista tras 12 años de ininterrumpida “revolución bolivariana” y “socialismo del siglo XXI”. Las consecuencias de no haber terminado con la opresión imperialista y el parasitismo de la “boli-burguesía” (burguesía nacional adicta a los negociados con el Estado) se hacen sentir cada día más fuerte y esta es la causa real de la crisis venezolana. 

Un ejemplo de esta dependencia mortal es que a fines de 2009 y principios de 2010 se combinó un golpe financiero con la crisis de los precios del petróleo que bajaron de U$D 140 en 2008 a U$D 36 en 2009. El saldo final fue 30.000 millones de dólares fugados al exterior, 15 bancos cerrados y 11 de ellos intervenidos. Se suma a esto la lista de altos funcionarios chavistas implicados en casos de corrupción y fuga de divisas. El chavismo respondió nacionalizando los bancos quebrados para absorber sus pasivos. Es decir, no se trató de una medida contra el capital sino de rescate del mismo. 

Esta crisis puso en jaque el esquema de “dólar permuta” basado en la CADIVI (Comisión de Administración de Divisas) y la RUSAD (Registro de Usuarios del Sistema de Administración de Divisas). La CADIVI, desde febrero de 2003, siempre se encargó de ser la proveedora de dólares para la importación de productos, gastos internacionales para viajes, remesas familiares al exterior, asignaciones para estudios en el exterior y otros rubros menores. Sin embargo, producto de la crisis en 2010 se hizo una devaluación del bolívar y se anunció un tipo de cambio para sectores prioritarios, como salud y alimentación, a una tasa de Bs. 2,6 por U$S y otro llamado “dólar petrolero” de Bs. 4,3 por U$S, para rubros como el automotriz, comercio y telecomunicaciones. Ese mismo año entró en vigencia el SITME (Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera) que fijaba una tercera tasa oficial de Bs. 5,3 por U$S las importaciones no prioritarias. A finales de 2010, se unifica el tipo de cambio a Bs. 4,3 por U$S.

El “dólar SITME” (para títulos de deuda), por lo tanto, tenía un dólar inicial entre un 40 y 50 % más caro que la importación de mercancías y un 100% superior al de compras de bienes de capital y alimentos. Esa diferencia cambiaria fue la base para que la boliburguesía falsifique importaciones para adquirir dólares baratos (creando “empresas portafolio”) y monte una bicicleta financiera que termina con operaciones de bolsa que se liquidaban “off-shore”, es decir, que fugaban del país los dólares conquistados con la renta petrolera. En todos los casos, los dólares siempre eran suministrados por PDVSA y el Banco Central Venezolano. Se trata, como se ve, de un accionar totalmente inescrupuloso, entreguista y criminal avalado por el chavismo y del cual varios de sus funcionarios formaban parte.

Esta situación se contuvo parcialmente durante 2011, 2012 y 2013 dado que el precio del barril se mantuvo estable alrededor de los U$D 100. Sin embargo, catastrofismo obliga, la crisis volvió a estallar en febrero de 2013. Comienza a través del saqueo de miles de millones de dólares sobre el sistema cambiario, en especial el SITME, lo que a nivel popular se conoce como la “Raspadera de Olla”. Se inscribe en la liquidación del Control de Cambios en camino a la vuelta al FMI. La conclusión final fue que el 14 de abril de este año (dos meses después de que arrancaron las provocaciones golpistas) el gobierno reconoció su fracaso y decidió concentrar toda la política cambiaria en la CENCOEX (Centro Nacional de Comercio Exterior). 

Esta decisión estuvo precedida por la creación del SICAD I (18 de marzo de 2013) y el SICAD II (24 de marzo de 2014), es decir, la creación de un nuevo Sistema Cambiario Alternativo de Divisas junto a la nueva Ley de Régimen Cambiario y sus Ilícitos. Los compradores serían todos aquellos que no puedan acceder a los dólares a la tasa de cambio oficial de Bs/U$S 6,30 ni al SICAD I pero que también estimen que el dólar negro es demasiado costoso. El SICAD I subasta "100 millones de dólares a empresas de sectores que son seleccionados previamente y personas naturales que requieren divisas para necesidades como viajes al exterior, tratamientos de salud o estudios fuera del país" (El Universal, 27/12/2013). En cuanto al SICAD II, puede presentarse cualquier persona física o jurídica y el precio ronda los Bs/US$ 49,3.

De esta caracterización de la disputa por acaparar los dólares producidos por la renta petrolera se desprenden las razones de la mega-devaluación chavista. Estas sucesivas devaluaciones por medio de la creación de “mercados paralelos legales” apuntan a hacer más flexible o directamente violar el control de cambios. El chavismo establece, por lo tanto, un verdadero precio de referencia para la moneda a espaldas del precio oficial que permite un virtual libre acceso a quien pueda pagarlo, es decir, facilita los mecanismos para la fuga de divisas al extranjero. 

En el mismo sentido se ubica la discusión sobre una posible suba del combustible que podría llegar hasta 28 veces el valor (subsidiado) actual. “El gobierno destina más de 12.000 millones de dólares al año para subsidiar los precios de las naftas” (Página 12, 19/12/2013) El precio de la gasolina no ha variado en 16 años y ocupa recurrentemente titulares de la prensa, después de que en 1989 un incremento decretado por el gobierno de Carlos Andrés Pérez fuese señalado como el detonante del "Caracazo" contra el puntofijismo. Rebelión popular, dígase de paso, que el chavismo reivindica como el origen de su movimiento político. De esta forma, el fantasma de un segundo “Caracazo”, que esta vez sería contra Maduro y la MUD, está por completo inscripto como una posibilidad de la situación política. 

CRISIS EN EL EJE CUBA-VENEZUELA BAJO LA PRESIÓN DEL IMPERIALISMO Y LA BANCARROTA CAPITALISTA

Este agotamiento del chavismo tiene su correlato internacional en la crisis en la relación entre Cuba y Venezuela, donde la primera le entrega al chavismo servicios médicos y técnicos a cambio de petróleo subsidiado. El Financial Times publica las declaraciones de un analista del Consejo de las Américas: “los problemas de Venezuela son ‘precisamente la razón por la cual Cuba ha tratado -de su manera enrevesada y nacionalista- de abrirle la puerta a los EEUU, y porque los EEUU necesitan acercarse a Cuba’ dice Sabatini” (FT, 2/3). Por su parte The Economist plantea que “esperar a que Castro muera no tiene sentido cuando hoy la crisis en Venezuela presenta una oportunidad para solidificar el proceso de liberalización en Cuba” (5/4) en una nota que milita levantar el embargo cubano.

Los números del intercambio de médicos y petróleo hablan por sí solos, mostrando cómo ambos países están buscando mercados alternativos: “Brasil contrató 6000 médicos cubanos y este año se esperan 4000 más (...) En recientes acuerdos con Ecuador y algunos estados africanos como Angola, Cuba encontró empleo para alrededor de 12.000 médicos, un tercio de los que hay en Venezuela. Simultáneamente, Venezuela redujo sus exportaciones de petróleo el último mes” según Ramírez (Ministro de Economía y Petróleo de Venezuela). “Como el propio Maduro declaró apenado en una ceremonia de graduación de médicos venezolanos en marzo pasado, ‘en unos 6 años nuestros hermanos cubanos comenzarán a irse’” (FT, 2/3). Esto explica, a su vez, los choques entre los PCs y el nacionalismo burgués a nivel más general en Latinoamérica y por qué el PSUV apoya la restauración capitalista en Cuba en vez de defender a Cuba contra el imperialismo. En vez de desarrollar un enfrentamiento contra la crisis capitalista, el chavismo y el castrismo la procesan acercándose al imperialismo y descargándola sobre los pueblos.

Esto tiene su explicación, a su vez, en que EEUU viene reduciendo la importación de petróleo debido a la extracción de “combustibles no convencionales” mediante el fracking. Por esto, PDVSA en 2013 exportó 17% menos que en 2012, el peor registro en 25 años (Infobae, 1/3). Esto impacta también sobre la reducción del petróleo subsidiado a Cuba. Por último, las últimas medidas de la Reserva Federal estadounidense, reduciendo la emisión monetaria, presionan por el fortalecimiento del dólar y la baja en los precios de las materias primas. El impacto de la crisis capitalista redunda entonces en falta de divisas, desorganización económica (los capitalistas desabastecen al precio oficial e impulsan un mercado negro) y crisis industrial, sobre todo en los sectores dependientes de la importación de insumos como las automotrices. Es en este cuadro que comienzan las movilizaciones de la derecha el 12F, apoyadas sobre el movimiento estudiantil, con un claro carácter político exigiendo “La Salida” es decir, la renuncia de Maduro.

¿HAY UN GOLPE EN VENEZUELA? ¿ES EL FIN DEL CHAVISMO?

En Venezuela no hay un golpe de estado en curso sino una provocación golpista de un sector minoritario de la derecha (aglutinado en torno a Voluntad Popular, Leopoldo López y María Corina Machado). Este sector intentó tomar la iniciativa frente a que el sector mayoritario de la MUD, encabezado por Capriles, que entiende que no está planteada la estrategia golpista, tras el intento de golpe del 2013. La orientación de Capriles, en este punto, es la misma que la del imperialismo: pactar con el chavismo y no de derrocarlo. 

De hecho, al comienzo de las movilizaciones, el sector de Capriles tuvo que acoplarse a quienes tomaban la iniciativa, polemizando contra el gobierno por la represión a las marchas estudiantiles y a la oposición (hubo 39 muertos en total y encuentran presos varios estudiantes, Leopoldo López, líder de Voluntad Popular, y 3 intendentes opositores). Sin embargo, Capriles terminó despegándose de las movilizaciones, dado que si bien su inicio se montó sobre la base de los reclamos populares que afloran de la crisis venezolana como el desabastecimiento, la inflación y la inseguridad, rápidamente adquirieron un carácter pro-golpista.

El gobierno salió a atacar a las movilizaciones calificándolas de golpistas, haciendo especial hincapié en que las “guarimbas” (acampes permanentes que reclaman la renuncia del gobierno) que se instalaron luego de la represión del gobierno son fascistas. Textualmente, según Maduro estaríamos ante un “golpe de Estado por vía guarimbera”. Éstas, sin embargo, tienen un carácter heterogéneo: mientras en algunos barrios son apoyadas como método contra la represión del gobierno y de grupos chavistas (hay diferentes versiones, pero según los diarios opositores, hasta 13 asesinados); en otros son repudiadas por la población por impedir el paso incluso a transeúntes o directamente atacar las urbanizaciones, o son minoritarias y armadas por grupos que luego las abandonan. Según se lee en los medios, los grupos opositores antichavistas asesinaron a 11 personas entre policías y chavistas que intentaban desarmar las “guarimbas” (textualmente, significa “refugios”). Es decir que, si bien se procesa un cuadro de violencia y enfrentamientos callejeros, aún no se configura un escenario de guerra civil o golpismo abierto. En este sentido, desde la TPR entendemos que la calificación de las mismas como “fascistas” es interesada y funcional a justificar la militarización el país por parte del chavismo.

DE LAS “CONFERENCIAS DE PAZ” AL NUEVO PACTO DE PUNTO FIJO CON LA MUD

Maduro ha decidido enfrentar este cuadro de bancarrota y desorganización económica constituyendo un pacto con la MUD para legitimar su ataque contra los trabajadores. Esta salida es apoyada por el imperialismo y yanqui y los gobiernos latinoamericanos, desde Santos hasta Correa, pasando por Lula. Esta es la naturaleza de las “Conferencias de Paz”.

El 19/3 Gustavo Cisneros, presidente del pulpo de las telecomunicaciones “Organización Cisneros”, publicó una carta llamando al diálogo y pidiendo la mediación del Vaticano, que fue reproducida por El País y el Financial Times. El gobierno, por su parte, ya había logrado meter en las “Conferencias de Paz” a intendentes de la oposición, como el caso de Mérida y Carabobo. De la primera, el 27/2, participó Lorenzo Mendoza, dueño de Empresas Polar, principal empresa de alimentos y bebidas de Venezuela, quien llamó a una “Comisión de la Verdad Económica”. Esta se reunió al día siguiente, con representantes de Fedecámaras, Fedeindustrias, Consecomercio y otros gremios empresariales, al mismo tiempo que lanzaron mesas regionales con los empresarios.

El 25/3 llega la UNASUR a Venezuela y discuten instaurar con Maduro instaurar una mesa de diálogo. Maduro acepta la intermediación del Vaticano y finalmente el 9/4 se reúne la mesa de diálogo con la oposición, con los gobiernos de Ecuador, Colombia, Brasil y el Vaticano como mediadores, reunión que fue tildada de “alentadora” por el Departamento de Estado yanqui. Todo un símbolo de la “reconciliación” del nacionalismo burgués latinoamericano con los pro-imperialistas. En este marco, Capriles salió a atacar las “guarimbas” y las protestas diciendo que le hacían el juego al gobierno y no las capitalizaba la oposición (El País, 5/4). La ultraderecha de Machado y Voluntad Popular han rechazado el diálogo, aislados de la MUD. Por eso siguen participando de las movilizaciones convocadas con un sector del movimiento estudiantil. El 12/4 el gobierno reprimió una movilización estudiantil deteniendo varios estudiantes, frente a lo cual Machado declaró: “este es el diálogo de Maduro” y “nuestro terreno es la calle” (Infobae, 12/04). No es esta la orientación que prima en la derecha, que acorde a la línea del imperialismo, se ha sumado a las “Conferencias de Paz”.

EL NUEVO PACTO DE PUNTO FIJO YA ESTÁ EN MARCHA

Luego de realizada la segunda reunión con la oposición, podemos afirmar que hay importantes compromisos que se están tejiendo entre el gobierno y la derecha. Está en marcha la conformación de una “Comisión de la Verdad” sobre los asesinatos durante las protestas. Desde marzo el Foro Penal Venezolano (que defiende a varios miembros de la oposición) se viene reuniendo con el Ministerio Público Fiscal, negociando cómo se resuelven las denuncias judiciales realizadas en base a la acción de las guarimbas, la represión estatal y la acción de los grupos chavistas. Prueba de esta línea de acuerdo es que a fines de febrero el Ministerio Público Fiscal ya había acusado a 1 miembro del SEBIN (Servicio Bolivariano de Inteligencia). Hoy ya hay nuevos acusados en el SEBIN, la Policía y el Ejército. El chavismo busca despegarse de la represión, acusando a algunos elementos aislados, para generar mejores condiciones para desarrollar el pacto con la MUD.

Por otro lado, se acordó una junta médica para Iván Simonovis (preso insignia de la oposición), nuevos cargos en el Tribunal Superior de Justicia y la Comisión Nacional Electoral, y para mostrar que el chavismo está dispuesto a compartir las ganancias de la devaluación, el vicepresidente de Venezuela, Jorge Arreaza, dijo que "se aprobó 1 mil millones de bolívares para llevar a cabo los proyectos de alcaldes y alcaldesas de la oposición como un gesto que podemos trabajar en conjunto, que podemos ponernos de acuerdo en los grandes problemas de la nación” (El Universal, 15/4). 

La principal divergencia, acerca de la “ley de amnistía” (para los presos opositores), fue relativizada por Aveledo, secretario de la MUD: “No ha sido aceptada por lo pronto, pero vamos a buscar otros caminos, para abordar esos temas, que son para el país temas importantes” (ibídem). Lo que la derecha pretende en este punto es liberar a todos los detenidos, incluso a los que formaron parte de los planes operativos efectivos que integraron las provocaciones golpistas, e incluso aquellos que participaron del intento de golpe de 2002. 

Como TPR, defendemos una posición socialista: rechazamos la impunidad tanto para la MUD como para Maduro. Afirmamos que no es lo mismo participar prácticamente de vandalismo y operaciones golpistas efectivas que defender un planteo político. Lo contrario sería criminalizar a los dirigentes políticos y tipificar el delito de opinión. Rechazamos igualar un planteo político, por más insurreccional que sea, a la figura delictiva de “instigación al delito”. Por eso, rechazamos cualquier tipo de represión política, como ocurre en el caso de Leopoldo López cuando lo acusan de “instigación pública”, o sea de agitar de forma pública sus posiciones políticas. Al mismo tiempo, rechazamos darle un cheque en blanco a todos los que formen parte de operativos golpistas efectivos, sobre los cuales corresponde que se determinen las responsabilidades penales en cada caso. De esta forma, nos ubicamos en oposición a cualquier provocación golpista así como también en oposición a la represión política por parte del chavismo. Llamamos a la izquierda venezolana y mundial a discutir esta posición porque el abstencionismo es cómplice del pacto de impunidad y le abre paso a los "izquierdistas" que identificaron brutalidad policíaca con violencia revolucionaria exigiéndole a Maduro más represión.

LULA, UN OPERADOR DIRECTO DEL IMPERIALISMO. NO HAY “GOBIERNO DE COALICIÓN”: MADURO ENCABEZA EL AJUSTE Y BUSCA EL APOYO DE LA DERECHA

Esclarecer sobre el papel del PT de Brasil en esta crisis también es de gran interés para la izquierda latinoamericana y mundial. Lula, el supuesto presidente obrero y fundador del Foro Social Mundial, se ha colocado como un operador directo del imperialismo en relación a la situación política venezolana. El canciller brasileño, Luiz Alberto Figueiredo, afirmó desde Caracas que “Brasil realizó una acción discreta durante meses en favor del diálogo entre gobierno y oposición en Venezuela” (Terra, 9/4). El propio Lula declaró que “Maduro debería intentar disminuir el debate político para dedicarse enteramente a gobernar, establecer una política de coalición” y elogió a Capriles “por no estar radicalizado” (El Universal, 8/4). Expresa directamente la línea del imperialismo yanqui, que a través del Departamento de Estado ha saludado las “Conferencias de Paz”.

Basándose en estas declaraciones de Lula, comenzó a desarrollarse un operativo mediático, re-interpretando las palabras del ex – presidente de Brasil diciendo que habría llamado a Maduro a conformar un “gobierno de coalición” (El Universal, 8/4). Heinz Dieterich ha salido a defender la idea de un “gobierno de salvación nacional”, donde Maduro incluya a Capriles, lo que muestra el derrumbe político y moral de este ex “ideólogo” del “Socialismo del Siglo XXI”. Se ha puesto en discusión, por lo tanto, la posibilidad de una transformación del régimen político a través de la asimilación orgánica de la derecha pro-imperialista de la MUD a la dirección del Estado.

Sin embargo, hoy, el centro político está colocado en la figura de Maduro. El imperialismo no quiere modificar el régimen político – por el contrario, quiere darle su apoyo a Maduro para que éste aplique el ajuste. Como TPR ya habíamos advertido esta tendencia: “Los medios imperialistas expresan con claridad su cambio de frente en Venezuela: del intento de golpe institucional a través de Capriles, al intento de intervenir dentro de la crisis del PSUV y procesar la cooptación del propio Nicolás Maduro (…) El imperialismo dice: la derecha se va a dividir, no podría gobernar un aparato estatal copado por el chavismo, está desmoralizada por los últimos resultados electorales, está descontado que Maduro ganará las elecciones, es conveniente que el chavismo pague el costo de gobernar en un cuadro de profunda crisis económica” (Declaración de la TPR ante la muerte de Hugo Chávez, 10/03/2013).

Por eso, acá el problema no es que Maduro le esté abriendo paso a la derecha hacia el gobierno (de hecho, la derecha retrocedió y Maduro avanzó electoralmente); acá el problema es que Maduro quiere obtener el respaldo político de la derecha para poder desarrollar el ataque contra los trabajadores.

EL III CONGRESO DEL PSUV: “UNIDAD, LUCHA, BATALLA Y VICTORIA”... CON CAPRILES Y FEDECÁMARAS

En este mismo sentido, el III Congreso del PSUV (que se desarrollará en 3 meses hasta el 30 de junio) se convoca con la consigna de “Unidad, Lucha, Batalla y Victoria”. Este es el título de un libro que ha editado el gobierno chavista con los últimos discursos de Chávez en 2012 donde llama a la unidad con el ejército (y sobre todo en el ejército) y donde manifiesta su decisión de que Maduro sea su sucesor. Reafirma, por lo tanto, a Maduro en la dirección del proceso político venezolano. Trata de dar por cerrada la crisis “por arriba” entre Maduro y Cabello y disciplinar a toda la militancia detrás del pacto con la MUD y el imperialismo. 

De hecho, la máxima impostura es que mientras no caracterizan las medidas económicas reaccionarias del gobierno, lo que el “Documento Fundamental de la Comisión Ideológica y Programática” plantea es “trascender el modelo rentista” y “sustituir al Estado capitalista burgués por un Estado socialista”. Abundan expresiones de discursos del propio Chávez como “esto pasa por pulverizar completamente la forma Estado burguesa que heredamos, la que aún se reproduce a través de sus viejas y nefastas prácticas, y darle continuidad a la invención de nuevas formas de gestión política” o “construcción del Nuevo Estado, del Estado Revolucionario”. En un exceso de hipocresía, que es casi tragicómico, directamente citan a Lenin planteando “la tarea fundamental de la revolución consiste en la abolición del Estado burgués y la construcción de un Estado revolucionario”. Sólo un auténtico provocador puede decir estas palabras mientras militariza el país, estatiza los sindicatos y pacta con la derecha y el imperialismo.

De hecho, en el propio documento internacional dicen explícitamente que el III Congreso del PSUV se plantea “reestablecer relaciones con EEUU” y saludan el proceso de restauración capitalista en Cuba (mencionada cínicamente como “actualización del socialismo”). Este último punto tiene que llamarle la atención a toda la militancia chavista porque el PSUV está alineándose directamente con la burocracia en la liquidación de la revolución cubana. 

¿En qué se basa entonces la supuesta “profundización de la revolución bolivariana”? En “transformar el aparato del estado” transfiriendo funciones al “Poder Popular”. Eso sería el “Estado Comunal”. Un proyecto burgués hasta la médula porque, detrás de la pantalla asamblearia, plantea la “abolición del Estado Burgués”... ahorrándose la revolución proletaria. El III Congreso del PSUV carga las tintas, por lo tanto, para alimentar falsas ilusiones en la militancia chavista y llevar adelante el viraje derechista.

EL GOBIERNO QUIERE CONTENER LA LUCHA OBRERA CON LAS “CONFERENCIAS DE PAZ”

Ante los ataques del gobierno a los trabajadres, se desarrollan una serie de luchas obreras. Es el caso de los petroleros de PDVSA, que han reclamado contra la tercerización en las divisiones de la empresa. O el caso de los trabajadores automotrices, un sector muy afectado porque las empresas no importan las autopartes por el régimen cambiario y por la compra de autos en el exterior. Los trabajadores de Toyota, reunidos en asamblea, fueron reprimidos por la Guardia Nacional Bolivariana en la propia planta. Pocos días después la empresa anunció la suspensión de las actividades. Otras empresas también anunciaron falta de insumos. El ataque al derecho a la contratación colectiva es denunciado por numerosas organizaciones obreras y de izquierda.

Frente a esto, el chavismo no sólo responde con represión sino que pretende cooptar estas expresiones de lucha integrándolas a las “Conferencias de Paz”. En Carabobo, el presidente de la Federación Unitaria de Automotores, Autopartes y Conexos (FUTAAC), de Marea Socialista, participa de estas reuniones y “espera su continuidad”. Se ve a las claras como el chavismo e incluso su ala izquierda son un factor de contención de la lucha obrera. Lejos está el chavismo de buscar prolongar la intervención de los luchadores en el cuadro político, dado que todas estas luchas tienen lugar contra la política anti-obrera del propio gobierno de Maduro.

MADURO RECONOCE SU CRISIS INTERNA Y BUSCA NEUTRALIZAR A LA IZQUIERDA CHAVISTA 

Es en este cuadro que se ubica el ataque de Maduro a la propia izquierda chavista. En declaraciones públicas, Maduro señaló que “a algunos sectores dentro de la izquierda chavista, que pudieran tener algún tipo de duda sobre la justeza de los procesos de diálogos, de debate público y de reconocimiento con la oposición, yo les diría que es el único camino a la paz. Venezuela, para hacer una revolución, no debe ir a una guerra. Nuestro reto es gobernar bien y resolver los problemas de la gente, ampliar la base política y social que nuestro Comandante nos legó; nunca eliminar al adversario, sino por el contrario generar cada vez mayor y participación (…) Es la derecha que tenemos y si observo que se desvían hacia el campo de la insurrección, los tengo que traer al campo de la Constitución y el debate político” (VTV, 13/4). Este no es un dato que podemos pasar por alto: que el presidente se tenga que dirigir públicamente a su propia “ala izquierda” demuestra que, aunque todavía tenue, hay una contradicción interna en el chavismo sobre la cual tenemos que trabajar los revolucionarios.

El objetivo de Maduro es neutralizar a la izquierda chavista, regimentarla, anularla como factor político, encolumnarla detrás de su dirección, y hacer pasar su pacto con la MUD para meter el ajuste. Lo paradójico es que, ante el viraje derechista de Maduro, la izquierda chavista “pelee” por integrarse más en lugar de plantear un reagrupamiento alternativo. En esta línea, el Partido Comunista Venezolano (PCV) reclamó participar en las “Conferencias de Paz” y fue proscripto. En un comunicado publicado por el PCV el 11 de abril denuncia “la exclusión inconsulta del derecho de palabra de la que fue objeto el PCV, por parte de la dirección del Encuentro por la Paz” e incluso plantea que “valora positivamente las iniciativas de diálogo y fortalecimiento de la cultura de paz, promovidas y convocadas por el Presidente Nicolás Maduro; en dependencia de que las mismas no deriven en la práctica –aunque se exprese lo contrario en el discurso– en un nuevo ‘Pacto de Punto Fijo’”. El PCV está alertando, públicamente, sobre la posibilidad de que estas “Conferencias de Paz” deriven en el establecimiento de un “Pacto de Punto Fijo” y no saca ninguna conclusión sobre ello. Según el PCV, Maduro podría ser tanto el vehículo de la revolución como de la contrarrevolución. Un absurdo total.

Incluso, el PCV ha escrito que “llamamos, ahora más que nunca, a que las instancias de inteligencia de seguridad del Estado le den golpes contundentes a los mercenarios, a las fuerzas paramilitares y activistas que moviliza la extrema derecha en nuestro país” (Prensa PCV, 7/4). Están llamando a reforzar la militarización delatando su carácter stalinista. 

El sector de la izquierda que se reclama trotskista que milita dentro del chavismo no supera este mismo horizonte político. Socialismo Revolucionario, el grupo perteneciente a la CIT de Peter Taaffe, plantea que “si no aparece un alternativa revolucionaria o la dirección del Chavismo no corrige su rumbo bajo el liderazgo de Maduro, estaríamos en presencia de una derrota política que la burguesía y clase capitalista internacional celebrarían como que una vez más fracasó el socialismo” (“El legado de Chávez a un año de su muerte”, Mundo Socialista, 7/3). En esa línea, su último periódico plantea que “es la hora de profundizar la revolución bolivariana o la derecha nos derrotará”. Esto, al mismo tiempo que reconocen que “el problema es que el gobierno de Maduro ha asumido una política abiertamente de conciliación con la consigna de la paz y el diálogo, e intenta legitimar bajo estas consignas un pacto con sectores capitalistas y burgueses”. El cliffismo (IST) no ha publicado nada sobre la crisis de Venezuela en su órgano internacional central. Sin embargo, el SWP en el periódico (Socialist Worker) le dedica unas breves notas, explicando que los jóvenes que protestan están con la derecha, y aunque constata la desorganización económica producida por el chavismo, y el llamado al diálogo con los capitalistas, no fija una intervención. Nos encontramos ante un impasse objetivo de esta corriente en su política frente a la crisis del nacionalismo burgués latinoamericano. En cuanto a la Corriente Marxista (Alan Woods) y la CMR (ruptura de la corriente de Alan Woods), ambas integrantes del PSUV, denuncian que las "Conferencias de Paz" son una trampa para los trabajadores (la CM denuncia incluso que son “una suerte de pacto de Punto Fijo”), pero no llaman a romper con la línea de Maduro (¡que las convocó!) sino que se transforman en sus meros consejeros. Algunas de sus propuestas, una lista de reivindicaciones, las dejan en manos de que el mando chavista las desarrolle, en vez de desarrollar una pelea en las calles. Mientras, acompañan y hasta reclaman una mayor regimentación y militarización social (como es el caso de Woods).

En esta línea se ubica también Marea Socialista, ligada al MST argentino y al Secretariado Unificado mandelista. De conjunto, reconocen que las “Conferencias de Paz” tienen un objetivo reaccionario y pro-capitalista, pero no deducen de eso la necesidad de romper estratégicamente con Maduro y desarrollar un reagrupamiento independiente de la izquierda y los trabajadores. Esto cuando Maduro ya ha sido explícito y le ha respondido a la izquierda chavista que se mantendrá incolumne en la defensa del pacto con la MUD. Lo que este sector de la izquierda no ve es que el pacto con la MUD es indisociable del ataque contra las masas que desenvuelve el propio Maduro y que, por lo tanto, es necesario desarrollar una lucha de conjunto contra el ajuste y contra las “Conferencias de Paz”.

LA IZQUIERDA ANTI-CAPITALISTA: A LA RASTRA DE LA DERECHA, REDUCIDA A LA LUCHA SINDICAL Y CARENTE DE INICIATIVA ANTE EL PROCESO POLÍTICO 

Por último, la izquierda independiente del chavismo y la derecha incluye al PSL (sección de la UIT-CI) en primer lugar, luego al Topo Obrero y Opción Obrera y, por último, a la LTS (FT-CI) y la UST (LIT). 

Lo primero que corresponde aclarar es que la única organización que tiene personería política a nivel nacional es el PSL (Partido Socialismo y Libertad) y que, de hecho, es un partido político nuevo que hasta 2007 fue chavista y su presentación electoral incluso es errática. A su vez, a través de la C-CURA (su corriente sindical), forma parte de la Unidad de Acción Sindical y Gremial, que ha sacado una declaración llamada “la Paz no se impone, se construye”, una línea que no confronta sino que se adapta a las “Conferencias de Paz”. Allí, caracteriza como progresivo al movimiento de la derecha diciendo que “los ciudadanos reclaman hoy la inmediata atención de los más graves problemas existentes” y no denuncia el carácter derechista de estas movilizaciones. Se trata de una política de adaptación a la derecha, motivada por sus acuerdos con el ala sindical de un sector de la derecha a través del FADESS. No es un problema menor: existe, en Venezuela, una tendencia de un sector de la izquierda a integrarse a la derecha. Sin ir más lejos, el grupo maoista Banderas Rojas forma parte de la MUD. Las vacilaciones del PSL a presentarse a las elecciones y su rechazo a constituir un Frente de Izquierda y de los Trabajadores expresan, en última instancia, esta presión de la derecha. 

Por su parte, la orientación central común de Opción Obrera y el Topo Obrero ha sido intervenir en los encuentros sindicales organizados por el PSL y Marea Socialista respectivamente proponiendo luchar por los reclamos obreros. El problema central reside en que no se puede solamente trazar una guía de acción sindical contra el ajuste (los compañeros proponen un Congreso de Trabajadores para resolver un Paro General), lo cual resulta elemental pero muy escueto cuando miramos el panorama político absolutamente crítico del país. Los plenarios obreros tienen que ser para pronunciarse ante los eventos de la crisis política y plantearse la construcción de una alternativa política propia. La total inacción del encuentro sindical convocado por el PSL que denuncia Opción Obrera tiene que ver con esto: el PSL y C-CURA le dan centralidad a su intervención junto con los derechistas del FADESS, haciendo que las 40 medidas “anticapitalistas” resueltas en ese encuentro sean papel mojado. El mismo problema se revela cuando le acercan la propuesta al Encuentro de Marea Socialista. La principal tarea es llamarlos a que rompan las "Conferencias de Paz" en la que se encuentran, sin embargo, la propuesta de los compañeros se limita al plano de los reclamos obreros y a la denuncia del golpismo opositor y de las mesas de diálogo del gobierno en general sin fijar una orientación concreta que supere el propagandismo. 

La LTS, por su parte, participó del encuentro sindical dirigido por el PSL y, si bien criticó su negativa a denunciar a la derecha, terminó integrándose a la Comisión Coordinadora surgida del mismo. Su planteo frente al cuadro político se reduce a plantear que los trabajadores tienen que irrumpir con "sus propias demandas". Se trata de una orientación limitada al plano sindical que no ofrece una salida política ante la crisis política. A su vez la UST, organización actuante en Venezuela a través de la LIT (morenistas), se limita a denunciar que las "Conferencias de Paz" son un pacto contra los trabajadores y que estamos en la antesala de un ‘estallido popular’ que incluiría a trabajadores chavistas decepcionados con Maduro. Plantean que hay que desarrollar una “alternativa clasista” (no dicen cómo, ni con quién), lo cual es opuesto a una perspectiva para ganar a las bases populares del chavismo, adaptado a la presión del FADESS. 

De conjunto, por lo tanto, la atomización y división de la izquierda anti-capitalista refleja distintos grados de adaptación política al chavismo o a la derecha y una marcada incapacidad política para intervenir en todas las fases de la lucha política nacional con una posición independiente.

CONTRA EL NUEVO “PACTO DE PUNTO FIJO”, VAMOS POR UN FRENTE ANTI-IMPERIALISTA DE TODA LA IZQUIERDA

El dato político central para la izquierda, por lo tanto, es que el viraje a derecha de Maduro plantea una lucha política por independizar a los trabajadores y las masas venezolanas del gobierno chavista. Toda la izquierda chavista denuncia, de una u otra forma, la tendencia de Maduro a conciliar con la derecha a través de las “Conferencias de Paz” - e incluso advierten sobre la posibilidad de un nuevo “Pacto de Punto Fijo”. Sin embargo, todas esas organizaciones, producto de su sujeción estratégica al chavismo, aún especulan con la posibilidad de que Maduro se reoriente hacia izquierda, barra con la derecha, y desarrolle un proceso revolucionario. Expresan una nostalgia por el “chavismo de los orígenes” y no sacan la conclusión de que todo esto pone de manifiesto el carácter capitalista del nacionalismo burgués. Su política constituye una utopía reaccionaria. Utopía, porque no está planteado como posibilidad política real. De hecho, se ha cerrado la crisis entre Maduro y Cabello, y se han realineado detrás de la política derechista en curso. Reaccionaria, porque ata a los trabajadores a un gobierno que está atacando fuertemente sus condiciones de vida. Repetimos: las declaraciones de Maduro contra la izquierda chavista ya son una respuesta contundente que debería despejar cualquier duda acerca de la posibilidad de que éste acepte las posiciones de la izquierda. El hecho de que la izquierda chavista quiera participar de las “Conferencias de Paz” y el chavismo no la deje es concluyente sobre este punto.

La tarea, por lo tanto, es agrupar a toda la izquierda, tanto la chavista como la independiente del gobierno, con un planteo anti-imperialista, rechazando el nuevo “Pacto de Punto Fijo” y las “Conferencias de Paz”, para impulsar la lucha obrera y anti-imperialista por un gobierno de los trabajadores. El próximo 1° de mayo, por ejemplo, podría ser un paso adelante en este sentido.

20 de abril de 2014

TPR
TENDENCIA PIQUETERA REVOLUCIONARIA
tpr.internacional@gmail.com // tpr-internet.blogspot.com // Facebook: Tpr Tendencia Piquetera Revolucionaria // Tel: (+5411) 156 335 9278

No hay comentarios:

Publicar un comentario