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miércoles, 9 de abril de 2014

[INTERNACIONAL] Entrevista del SDH a Christian Armenteros (TPR) sobre la lucha de clases en América Latina (Parte 1 - Argentina)

Entrevista del SDH a Christian Armenteros (TPR)
sobre la lucha de clases en América Latina

Parte 1 - Argentina: el segundo paro nacional y el FIT

A continuación publicamos una entrevista a Christian Armenteros, miembro del Comité Central de la TPR. La entrevista fue solicitada por los camaradas del SDH turco - Surekli Devrim Hareketi (Movimiento por la Revolución Permanente) acerca de la situación en Argentina y América Latina. En esta primera entrega, verán los asuntos principales de Argentina para comprender la segunda huelga general contra el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (jueves 10 de abril) y la discusión al interior de la izquierda argentina.

Domingo, 6 de abril de 2014



SDH: 1) ¿Podrían explicar el cuadro de la lucha de clases en Argentina? Entendemos que la crisis económica está sacudiendo a Kirchner. ¿Hay alguna posibilidad de erupción en el futuro cercano?

TPR: La clase obrera argentina se encuentra en plena preparación para la realización de una huelga general el próximo 10 de abril. La misma tiene una importancia histórica porque será la segunda huelga general convocada contra el gobierno kirchnerista (la primera fue el 20 de noviembre de 2012 y fue conocida como “20-N”). Se trata de una respuesta necesaria por parte del movimiento obrero contra el Rodrigazo de Cristina (presidenta) y Kicillof (ministro de economía).

Por “Rodrigazo” hacemos referencia al ministro de economía peronista de 1975 Celestino Rodrigo quien decretó un paquete de crisis que, en un mismo día, devaluó 180% la moneda, aumentó las tarifas de servicios públicos un 100% y estableció un aumento de naftas de 150%. La respuesta del movimiento obrero fue la huelga general y terminaron echando al ministro, a López Rega (peronista de derecha que regenteaba el gobierno luego de la muerte de Perón en 1974) y lograron homologar un aumento salarial del 100%, 5 veces más de lo que quería el gobierno. Sin embargo, esta derrota del Rodrigazo no implicó una superación estratégica del peronismo y por eso luego se impondrá el golpe militar de Videla en el ‘76.

Hoy, 40 años después, se nos plantea los mismos desafíos a los trabajadores argentinos para quebrar el paquete de medidas fondomonetaristas que está aplicando Cristina: mega-devaluación en enero, tarifazos, nuevo índice de precios pactado con el FMI que sinceraron la inflación mensual más alta de los últimos 12 años, aumento de las tasas de interés, ajuste sobre el gasto público devorado por la inflación, topes en las paritarias por detrás de la inflación, postergación de las paritarias, entrega de Vacamuerta (una de las reservas de shail gas más grande del mundo) a Chevron, indemnización a Repsol por 12 mil millones de dólares y reendeudamiento del país por medio de un acuerdo con el Club de París, el FMI y los holdouts que están bajo el amparo del juez yankee Griesa. Todas estas medidas pactadas con el imperialismo implican un cambio de frente por parte del kirchnerismo e inauguran un tercer período donde el gobierno nacionalista ya no disputa por imponer otra salida que el ajuste sino que, por el contrario, ahora el kirchnerismo cambió su naturaleza política adoptando como propia la agenda pro-imperialista y la disputa con la oposición de derecha y centro-izquierda se da en los términos de la oposición, es decir, cuándo y cómo aplicar el Rodrigazo.

A su vez, otro dato importante es que esta huelga general será convocada por tres de las cinco centrales sindicales argentinas (CGT-Moyano, CGT-Barrionuevo y CTA-Micheli contra las centrales oficialistas de la CGT-Caló y la CTA-Yasky). Desde la izquierda impulsamos que el paro sea de las cinco centrales. Muchos sindicatos y comisiones internaciones que forman parte de las centrales dirigidas por el kirchnerismo ya están tomando parte en la preparación del paro como puede ser la UTA (colectiveros) y “La Fraternidad” (maquinistas de trenes). Otro debate asociado a la huelga es que como TPR proponemos que haya medidas antes y después para que la huelga general sea el inicio de un plan de lucha y no una jornada pasiva para legitimar a la burocracia vinculada a Massa (derecha) o Binner (centro-izquierda). En este sentido, el 4 abril será el aniversario del docente asesinado en 2007 Carlos Fuentealba y el mismo 10 de abril se realizará una jornada de piquetes por todos los reclamos y por los petroleros de Las Heras.  

Por último, la importancia de esta huelga general también está determinada porque no se desarrolla en cielo sereno: no sólo venimos de ocupaciones de fábricas por la crisis industrial, la huelga policial y los saqueos en 21 provincias de diciembre del año pasado y la importante huelga de la salud en neuquén por más de un mes sino que venimos de una histórica huelga docente de la provincia de buenos aires por más de 15 días que tuvo impacto en 14 provincias. Es en función de este escenario de lucha obrera creciente y Rodrigazo kirchnerista que desde la TPR proponemos un frente político-reivindicativo de todos aquellos que quieran impulsar el plan de lucha y frente único contra el FMI para derribar el pacto Cristina-FMI y no pagar la deuda externa. Un terreno concreto para medir esta lucha política será la lucha por imponer un primero de mayo unitario con el reclamo a las centrales sindicales de plan de lucha y huelga general.

SDH: 2) ¿Cuál es el rol del FIT en este proceso? (formas positivas y negativas)

TPR: La intervención del FIT ha sido dividida y contradictoria entre sí aunque no deja de agregar elementos positivos que son útiles para la lucha de los trabajadores.

En primer lugar, el FIT es el único frente político que se opone al ajuste. Eso de por sí ya es muy meritorio. En este sentido, han presentado un proyecto de ley contra la suspensiones y despidos, por un aumento de emergencia de $3000 y por un salario mínimo de $9000 que consideramos muy positivo. Esta oposición estratégica al kirchnerismo se pudo ver tanto en la votación del presidente de la cámara de diputados donde el FIT se negó a presentar candidato pero tiene el mérito de ser el único frente político de Argentina que no votó al candidato kirchnerista (apoyado por toda la oposición pro-imperialista, dígase de paso). El mismo proceso se ve en la votación del presidente del concejo deliberante de Salta donde el PO tenía la primer minoría (9 concejales sobre un total de 21) y el kirchnerismo decidió darle la presidencia a la derecha menemista para “evitar un doble poder y un golpe de estado revolucionario” (esto es una transcripción textual de las declaraciones públicas del gobernador kirchnerista a los medios de comunicación). Vale destacar entonces que la derecha se pudo imponer con sólo 2 concejales sólo porque tuvo el apoyo del kirchnerismo. O sea que el kirchnerismo confía más en la derecha que en la izquierda para gobernar porque los dos defienden un pacto contrarrevolucionario.

Hasta acá, los aspectos positivos del FIT en la lucha política nacional. Sin embargo, la lucha contra el Rodrigazo ha puesto de manifiesto con claridad sus contradicciones. El PO, que denuncia el Rodrigazo, se ha embarcado en una política de embellecimiento de la burocracia sindical centroizquierdista de Micheli, convocando junto con la misma a las movilizaciones de los pasados 12 de marzo y 19 de diciembre sin denunciar que esta burocracia boicotea el plan de lucha. Izquierda Socialista, por su parte, desarrolla una lìnea de adaptación a la burocracia derechista de Moyano, bajo el planteo de que la tarea de la izquierda sería reclamar pasivamente la huelga general o, en el mejor de los casos, presionar a la burocracia para que luche. Se trata de un problema de enfoque estratégico: reclamar a la burocracia es algo obvio, el problema es contraponerse estratégicamente para plantear la tarea de echar a la burocracia sindical y construir una nueva dirección clasista del movimiento obrero junto a la izquierda. Se trata, por lo tanto, de que la izquierda se ponga a la cabeza e impulse un plan de lucha. En función de este debate el “Encuentro Sindical Combativo” convocado por IS podría haber sido una gran oportunidad pero se vio frustrado por el histórico seguidismo del morenismo a la burocracia sindical. El PTS, por su parte, dice que no hay un Rodrigazo producto de su adaptación al kirchnerismo, y el complemento de su pasividad ante el gobierno fue su intento de copar el “Encuentro Sindical Combativo” para construir un bloque en el movimiento obrero contra el PO, hundiéndose en el faccionalismo. El FIT, sobre la base de estas contradicciones, aún no ha fijado una posición común de cara al paro del 10 de abril.

La dirección del PO ha planteado públicamente que “no hay que exigirle nada a las direcciones de los sindicatos”. Esta posición ultraizquierdista está fundamentada en el argumento de que acabamos de atravesar una “victoria electoral de la izquierda”, por lo que habrían superado políticamente a la burocracia sindical. El PTS, también impactado por los resultados, desarrolla una orientación sectaria y auto-constructiva, motivo por la cual decidieron rechazar formar un bloque común de los diputados nacionales del FIT y se robaron la banca parlamentaria nacional para ellos mismos. La caracterización de victoria sólo puede ser aplicada a Salta, pero a nivel nacional, por el contrario, hubo una derrota del kirchnerismo no a manos del FIT sino a manos de la derecha y la centro-izquierda pro-imperialistas. Incluso, el propio domingo 30 de marzo hubo elecciones en la provincia de Mendoza. Allí, el FIT logró el ingreso de un concejal al Concejo Deliberante de la capital (un hecho histórico para la provincia). Sin embargo, el dato central fue la victoria electoral de la derecha del PD-PRO, que pasó del 5% en octubre de 2013 al 25% en marzo de 2014. Todo un indicador de quién capitaliza el derrumbe del kirchnerismo, lo que debería poner en guardia al FIT.

El FIT está en crisis y su división obedece a esta naturaleza política. Al PTS e IS esto los tiene sin cuidado, y de hecho ni siquiera reconocen que hay una crisis. Usan el FIT a la medida de sus apetitos de aparato y no como un canal político para los luchadores. Por su parte, el PO ha pegado un viraje y reconoce la crisis que atraviesa al FIT, lo cual demuestra que está preocupado por los desafíos políticos reales del Frente de Izquierda, pero reduce la lucha por defender al FIT a un desarrollo masivo de su propia corriente política. Se trata de un planteo autorreferencial que no convoca a los luchadores y entrega el FIT a la obra liquidadora del morenismo. Por el contrario, desde la TPR planteamos que todo este debate debe ser procesado de cara a los luchadores en un Congreso Abierto del Frente de Izquierda cuya homogeneidad debe ser conseguida por medio de una lucha política previa contra los partidos patronales. Por eso proponemos la puesta en pie de Comités Abiertos del FIT en los cuales se impulse la lucha política por la agenda legislativa que impulsa el inter-bloque del FIT en el Congreso, y que esos comités también sean un instrumento de acción, es decir, que discutan cómo impulsar el plan de lucha concretamente para conquistar la huelga general contra el Rodrigazo. Otro debate político importante es sobre el nueva viraje político del PO: a partir de este XXII Congreso, el PO no defenderá el no pago de la deuda externa pero sí su investigación pública. Esto constituye una capitulación a las consignas de la centro-izquierda. Esta orientación está determinada porque Pino Solanas (líder de centro-izquierda que defiende el slongan de “investigación”) es ahora parte de una coalición (Frente Amplio “UNEN”) sostiene el pago completo de la deuda.

Desde la TPR, intervenimos en el segundo paro nacional contra el gobierno kirchnerista como parte de la Coordinadora en defensa del FIT en cinco distritos: capital federal, provincia de buenos aires, rosario, córdoba y chaco. En función de esto, hemos sacado una declaración política nacional cuyo título es “Plan de lucha y huelga general para derrotar el Rodrigazo de Cristina-Kicillof” y planteamos “En todas las provincias, llamamos a poner en pie actos y piquetes el propio 10 de abril para darle carácter activo al paro y, sobre todas las cosas, para plantar esta posición política. En Buenos Aires, defendemos que todos los que participamos del plenario del SUTNA San Fernando y firmamos la declaración, hagamos un acto político con esa posición. En Chaco, vamos por la unificación de la lucha docente con la lucha piquetera en las calles el propio 10 de abril: la lucha docente persiste en Chaco y numerosas provincias como Salta y Tucumán. En Córdoba queremos unir la lucha de la salud con la docencia universitaria y la lucha contra los despidos y las suspensiones en la industria automotriz y los frigoríficos. Vamos al paro del 10 de abril planteando: exigimos a las CGTs y CTAs huelga general y plan de lucha; abajo el Rodrigazo de Cristina-Kicillof; no al pacto Cristina-FMI; abajo los tarifazos; salario mínimo vital y móvil de $9000, aumento de emergencia de $3000 para todos los trabajadores y jubilados, prohibición de despidos y suspensiones, pase a planta de todos los precarizados, aumento en los Planes Argentina Trabaja, en todos los planes sociales y en la asistencia a los comedores populares; aprobación de los proyectos de ley del Frente de Izquierda y por un gobierno de los trabajadores”

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